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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Fiestas Talibanas

Fiestas Talibanas

Alejandro Luy
Debo confesar que durante la celebración de navidad y año nuevo, cada día que pasa yo me siento más feliz. Imagino que usted comparte este sentimiento, pero posiblemente sea por motivos absolutamente diferentes. Yo me alegro porque nos acercamos más rápidamente al final de las fiestas de diciembre, que son las más fundamentalistas de occidente; festejos donde tenemos que ser o estar - porque sí alegres, comprensibles, abiertos y sensibles. Son momentos para sentir la dicha y "la fe en la vida" pero a juro. De diciembre a enero, la orden en el cuartel de este lado del mundo es ser optimista y andar contento, y pobre del que sienta lo contrario.
El primer acto talibán de la navidad son los adornos navideños que aparecen en cualquier rincón. Empieza diciembre y uno encuentra en una cauchera, en la oficina, en la entrada del quirófano de la clínica y en la funeraria "a typical Christmas tree", es decir, un arbolito de navidad. Y en la noche brillan lucecitas en los balcones, en las tiendas, en los alambres de púas que protegen al edificio de la clase media y en la camionetica que hace el recorrido Santa Lucía-Caracas. Gracias a esta necesidad de envolvernos en iconos navideños, los alcaldes de Venezuela ejecutan la más importante acción de políticas públicas en el año: una correcta ornamentación de navidad en las plazas y calles de su municipio.
Luego vienen las fiestas y reuniones familiares. Si estas casado, si estas soltero, si te botaron del trabajo, si las ventas fueron malas a causa de los buhoneros, si te matraquearon los tombos por ser buhonero, si se casó un amigo o se divorciaron varios conocidos, en diciembre todo se olvida porque llegó la rumba. El clímax de la celebración es por supuesto noche buena y año nuevo, donde el festejo incluye ropa de estreno. Atrévase a decirle a la familia: "quiero recibir el año haciendo algo diferente" o de manera más directa "mi amor porqué no nos quedamos en casa" para que de inmediato le espeten, "no empieces con la necedad", para luego coronar con "recuerda que nos comprometimos a ir a casa de la tía Eulalia y llevarle los higos secos. Es verdad que nos vamos a aburrir, pero eso no es motivo...".
El otro asunto de las celebraciones talibanas es la comida, que se resume a bollo y hallaca. ¿Sabe usted que hay gente que sufre en la temporada porque no le gusta la mezcla de carne, pasitas, cebolla y masa de harina de maíz cubierta con hoja de plátano? Una mañana cualquiera usted sugerirá: "¿mi amor porqué no desayunamos un periquito, arepas, caraota y un quesito de mano", y recibirá como respuesta la pregunta que suena a orden "¿por qué no te comes un bollo de la comadre con un poquito de ensalada que está guardada en el tupperware azul?". Por eso no es casual que el himno ritual digno de Al-Quaeda de estas fechas sea "digan lo que digan no discuto más, la mejor hallaca la hace mi mamá". ¿Cómo podemos pedir diálogo al gobierno si la fundamentalista cancioncita ha marcado nuestra vida?
Pero todo jolgorio -más aún el talibán- debe contar con la música propia de la temporada, que en nuestro caso son las incalificables gaitas. Entre palo y palo uno no sabe si es Amparito o el Negrito fullero quien vende bollos en el mercado, se le hace un nudo en la garganta cuando va pa´ Maracaibo y empieza a pasar el puente, y busca respuestas en aló presidente aló. Afortunadamente, y emulando a la estrella de Belén, las gaitas y sus intérpretes brillan y desaparecen durante el mismo mes.
La guinda de la torta en las obligadas celebraciones navideñas son aquellos buenos deseos que - según dicen - flotan en el aire y milagrosamente viven a pesar de que hemos oído durante 360 días que la economía está mala, que los hospitales no funcionan, que la corrupción sigue galopando, que los precios del petróleo van en picada, que el deterioro ambiental amenaza nuestra supervivencia, que el gobierno no sirve y tampoco la oposición.
El proceso talibán que nos obliga a ser felices por decreto divino es lo que explica que los más críticos escritores de opinión se atrevan a redactar cartas públicas al niño Jesús donde expresan anhelos imposibles de cumplir por el hijo de Jesús y María, ni que cuente con el apoyo de San Nicolás y los renos. Es una consecuencia de las fiestas talibanas que, como un acto reflejo, por estas fechas todos los articulistas terminen sus escritos deseando feliz navidad y un próspero año.
Alejandro Luy
Publicado el 24 de diciembre de 2001
Ilustración Paco Chovet

martes, 8 de diciembre de 2015

Apunten bien

Para decirlo técnicamente muchos chavistas están meando fuera del perol cuando hablan del avasallante triunfo (la mayoría calificada lo es) de la Unidad.
Ellos (y ellas...en fin) hablan y escriben molestos porque ganó la MUD y en esas palabras manifiestan su arrechera a la MUD. Hacen tanto énfasis en el hecho del triunfo que permite entender porque aman tanto a Cuba, donde hay un solo partido, que nunca pierde. Eso es lo que ellos desean que sea el PSUV.
Pero los chavistas no han entendido que hacia donde deben mear es hacia la bacinilla que dice derrota. Deberían estar furiosos es con los que causaron la derrota. 
Si hacen bien su trabajo de investigación - y no se dejan llevar por lo de la guerra económica - encontrarán que hubo quien dijo que era sabroso hacer colas, quien dijo que los huevos costaban 420, quien amenazo al que no buscara su 1x10, quien entregó viviendas y taxis bajo la amenaza de no darle el título de propiedad, quien decidió amenazar a una empresa muy bien vista por la mayoría de los venezolanos, quien decidió establecer estados de excepción y cerrar la frontera afectando la dinámica de los más pendejos. 
Revisen videos, declaraciones, pregunten a quienes votaban por ustedes, o salgan simplemente y escuchen lo que se dice en las colas.
Claro también pueden quedarse oyendo a Maduro, Jorge Rodríguez y a los intelectuales de Zurda Konducta.


Alejandro Luy

viernes, 23 de octubre de 2015

...Y va preso

Luis Miquilena, mejor dicho Don Luis Miquilena, fue entrevistado por Leonardo Padrón para su serie de entrevistas "Los Imposibles".

Se expresó el hombre que, según supimos, ya a los 16 años había pisado la cárcel de Gómez, y que luego pasó, con tortura incluida, 10 años en la de Pérez Jiménez.  Habló el Don de 95 años y tres meses, que se desmarcó en su momento del Partido Comunista y que un día se dejó encantar y creyó en Hugo Chávez.  Esto último a pesar de estar consciente de su carácter militar, cuando el mismo - a Don Luis me refiero - se califica de civilista.  "Siempre he sido civilista" se escucha en la grabación.

Como la mayoría de los acusados, se defiende justificando.  Cuenta historias que de ser ciertas, son sorprendentes. Esencialmente nos deja saber que siempre le plantó cara a Hugo Chávez, cuestionó sus decisiones; no tuvo ni miedo ni pelos en la lengua.  Eso cuenta para defenderse.

Por tanto, Don Luis, no asume ninguna responsabilidad, mucho menos aquella que lo acusa de haber sido el artífice de la creación de Chávez y su gobierno.   
Don Luis no rechaza su labor de manager del candidato Hugo Chávez, y nos dijo que el programa era una maravilla, super democrático. Y entonces uno se pregunta, ¿chico y cual fue el pelón?  Eso también lo respondió.  Acusa a Fidel y su capacidad de manejar "el único defecto de Chávez", la vanidad, de todos los errores de ese plan que nos iba a llevar para adelante.

Y me quedé pensando, ¿qué se hace con estas declaraciones, aun cuando sean absolutamente ciertas? Será que tenemos que exculpar a Miquilena.  Debemos ser comprensivos con alguien que confió en Hugo Chávez porque alguna vez existió un militar como De Gaulle.

¿Unas palmaditas en la espalda, y un "tranquilo Don Luis, a millones le pasó lo mismo"?

Yo creo que no. Al menos a mi no me sale.  Porque Don Luis no era testigo sino socio del proyecto. Seguramente logró convencer a muchos para que apoyaran con dinero al "maravilloso" proyecto. Tuvo el volante del carro.  Era el mentor del primer actor. Don Luis fue parte del poder.

Miquilena no puede tratar de emular a Giordani con un yo soy inocente, dije con total integridad lo que tenía que decir, y si no me hicieron caso, no es mi culpa.

Lo siento Don Luis, para mi usted no tiene razón y - esta vez metafóricamente - va preso.





sábado, 12 de septiembre de 2015

Yo también tengo mi historia

“Y es que el tabique que separa
la sana autoconfianza de la insana arrogancia
es realmente muy fino”
Haruki Murakami
De qué hablo cuando hablo de correr

Hace unos días Sumito Estevez escribió un artículo que titulado “¿Por qué yo no podría votar por el chavismo?” en el que daba cuenta del porqué había votado por Chávez en 1998 y los motivos que lo llevaban ahora a desistir de repetir la acción de apoyo a quienes continúan su “legado”.
A los pocos días, Nicmer Evans le replicó con “Respuesta a Sumito Estevez de un chavista”, donde argumenta su voto a Chávez, y expresa porque no votaría ni por el PSUV ni por la MUD; se hace propaganda y no pierde tiempo explicando porque votó por Maduro.
Ambos artículos tienen en común que parten de su “vida antes de Chávez” como fundamento para explicar porque decidieron contribuir con – al menos – su primer triunfo.  Yo he decidido tomar el “espíritu” de ambos escritores para describir mi propio proceso.
Para facilitar la lectura, enumero cada dato y comentario:
  1. 1.     Mi papá era un obrero, estudió hasta 3er año.  Mi mamá, estudió hasta sexto grado, tenía una letra perfecta y aunque trabajó, desde mi nacimiento su labor era “del hogar”.
  2. 2.     Con una casa que mantener y varias bocas que alimentar, durante un tiempo mi papá le tocó trabajar lejos de la familia, en Trujillo y Zulia, mientras mi mamá estaba en Caracas.  Sus cartas delatan la peladera de bolas que vivían.
  3. 3.     Una vez, trabajando para el gobierno, los adecos botaron a mi papá porque decían que era comunista.  La verdad es que ni mi mamá ni mi papá pertenecieron a ningún partido.  Sospecho que muchas veces votaron por COPEI.
  4. 4.     Hasta mis 8 o 9 años vivimos en la Urbanización Weekend, casi llegando a Catia La Mar, y en un tiempo lo único que hubo en la casa para comer fue pasta, algunas veces solo con mantequilla.  En ese tiempo estudiaba en el Armando Reverón de Guaracarumbo, y cuando se pudo yo llevaba cada mañana una arepa con diablito que preparaba mi mamá.
  5. 5.     Luego nos vinimos para Caracas, y vivimos unos 6 meses en los bloques de Ciudad Tablita, en Catia, para después mudarnos a San Agustín del Norte al apartamento nuevo que mi abuelo le regaló a mi mamá.  Fue su “herencia en vida”.
  6. 6.     Estudié Bachillerato en liceos privados. No estamos hablando del Colegio Francia o algo parecido:  el San Rafael de Pagüita, el que está frente a Miraflores, de 1ero a 3er año y el Instituto Unitario del Centro en la Avenida Universidad, el diversificado.  Mis padres decidieron hacer el esfuerzo y pagar mis estudios en esas instituciones privadas. ¿Hay algo malo en que no haya estudiado en el Fermín Toro o en el Andrés Bello?
  7. 7.     Desde los 11 años empecé a jugar tenis. Mi papá me llevaba a practicar en el frontón de la UCV todos los domingos.  En bachillerato y después de graduarme entrenaba regularmente en el complejo de tenis gratuito que está en La Paz.  Con mis ahorros de aquí y de allá me compre mi primera raqueta profesional.
  8. 8.     Después ingresé a la UCV a estudiar biología, y desde 1981 a 1988 hubo dificultades, faltaron recursos, se hicieron paros y tuvimos muchos jueves de encapuchados quemando cauchos y lanzando piedras.  No era un jardín de rosas, pero nunca se dejó de hacer una práctica de laboratorio, o se canceló una salida de campo.
  9. 9.     Desde 1982 he trabajado.  En el Museo de los Niños (ganaba 10 Bs la hora, más de dos dólares para la fecha), vendiendo boletos los fines de semana en el Zoológico de Caricuao, y luego siendo preparador de Biología Animal, Bioestadística y Genética durante casi toda la carrera.  También trabajé sacando fotocopias.  En mi último año de estudio trabajé en el Metro de Caracas, como operador de estaciones. Con cada trabajo me pagaba mis gustos y cubría muchas necesidades, porque mis padres no les sobraba el dinero.  Por ejemplo, en 1983, semanas después del “viernes negro” con mi dinero me compré una cámara profesional marca Nikon, junto con dos lentes. 
  10. 0.        En la UCV hubo un tiempo en que apoyé a los “independientes” a la plancha 69, los que no eran ni adecos, ni copeyanos ni masistas.  Busque votos para ellos, fui su representante en una mesa durante elecciones y con ellos descubrí que cuando la cúpula tiene una decisión tomada la “consulta” es una pantalla.  Recuerdo cuando fuimos mayoría y tuvimos los votos para elegir al Decano de Facultad, en vez de negociar para garantizar mejoras para los estudiantes, la decisión fue votar nulo.  Tanto nadar para morir en la orilla.  Allí quedó mi participación política.  Por cierto, prácticamente todos esos “independientes” han estado e incluso continúan en el gobierno desde 1999.
  11. 1.    Recién graduado me fui a trabajar en el Ministerio del Ambiente, integrando el cuerpo de Guardafaunas, conformado por más de 30 profesionales la mayoría con menos de tres años de graduados.  Finalizaba el Gobierno de Lusinchi y empezaba en de CAP II.  Yo no era adeco.  En 1989 estuve 21 días contando chiqüires en Apure, junto a otros profesionales, y con esa información se establecieron las cuotas de extracción de ese año.
  12. 2.     También estuve vinculado al Programa de aprovechamiento de babas, y cuando surgió una denuncia pública de corrupción me tocó sentarme con la Presidenta de la Comisión del Congreso encargada de la investigación (una diputada adeca en pleno gobierno de CAP II) para explicar cuál era mi trabajo y responder – técnicamente – sobre las inconsistencias que ella me mostraba.  Si no había explicación técnica que soportara la cifra nadie me chantajeaba o amenazaba para que yo inventara una.  Una vez lo intentaron, y yo no firmé el informe.

La historia podría seguir largamente con detalles de los 6 meses bañándome con tobitos de agua, o los dos trabajos que tuve que realizar por unos siete meses que nos permitieron comprar un carro, o los dos cursos que realicé en el IESA pagados por Fundayacucho gracias a un convenio entre esas instituciones, todo antes de la llegada de Chávez, pero no quiero cansarlos y me apresuro a dar una conclusión, tal como hicieron Sumito y Nicmer.
Podría todo lo anterior, esta lista de sucesos, de fortunios e infortunios, definir por quién habría de votar en alguna situación.  Si mi respuesta fuese afirmativa estaría reconociendo que mis decisiones fundamentales, como a elegir a un presidente, las tomo con el corazón o, peor, con los intestinos, y no con la cabeza. 
Y es allí la esencia del problema.  Conozco a mucha gente de extracto muy humilde, algunas descendientes de inmigrantes, que estudiaron en liceos públicos y luego en la UCV, con muchas limitaciones, más de las que yo mismo menciono y su respuesta no fue votar por Chávez para que reivindicara los años “sufridos”.  Y esa gente no era adeca o copeyana. 
Yo al igual que ellos pensé en el candidato, su historia, su oferta; y no en el deseo de que alguien me reconociera y se condoliera de los sacrificios míos y de mis padres.  Y fue por ello que nunca voté por Chávez. 
Y dado la conducta de los candidatos chavistas cuando han tenido el poder, es evidente que no se puede votar por ninguno de ellos, y no es un asunto de intestinos.


Alejandro Luy

domingo, 12 de julio de 2015

A Skármeta por azar



¡La poesía no es de quien la escribe
sino de quien la necesita!
El cartero de Neruda, Antonio Skármeta


Estoy seguro de que a una situación como esa, mis amigas Adriana y Eddy no hubieran llegado de manera fortuita. Todo habría respondido a una determinada e imperiosa necesidad de apreciar a los libros y a sus autores.

Pero no es mi caso. A diferencia de mis amigas mentiría si me vendiera como un ávido lector y furibundo visitante de librerías, consumidor de escritos y perseguidor de las ferias de los textos. No busco ni votos ni halagos, de allí mi franqueza.

Aun así, el destino me llevó a Madrid en la primera semana de junio, fecha donde se celebraba la Feria del Libro, instalada en el Parque El Retiro pero expandida por toda la ciudad y sus librerías.

Una noche, de esas propias del verano de los países templados que extienden sus luces hasta pocas horas antes de que el día finalice, veo en la televisión al escritor chileno Antonio Skármeta quien habla de su libro "Neruda por Skármeta". Allí estaba ese hombre sencillo y simpático hablando sobre aquel que fuera referencia y amigo. Era el mismo hombre que nos llevó por diferentes ciudades y sus escritores en el programa "Mundo de papel" transmitido por People & Arts.

Supe que durante algunos días estaría firmando sus libros en los puestos de la Feria a quienes tuvieran a bien adquirirlos. Y así lo estarían haciendo otros tantos incluyendo a Fernando Savater. Pero como mi tiempo no me pertenecía, difícil era pensar que en un momento libre podría coincidir con la cara de Skármeta en la Feria del Libro.

Llegó el sábado y la fortuna "y Vallito" me llevó primero al Museo de El Prado, donde es casi una obligación disfrutar a Goya, y luego, bajo el sol y el calor, al verde de El Retiro y a los casi trescientos puestos de las editoriales.

Y fue allí, en el azar de un sábado en la tarde, que me encuentro a Skármeta encerrado en el lado izquierdo de un pequeño módulo, lleno de libros, que limitaba con otro módulo lleno de libros pero con Savater a la derecha.

Y fue así, fotos de por medio, como pude acercarme al escritor chileno y estrechar su mano, y escuchar su respuesta a un "¿cómo está?" - "pues con bronquitis", antes de tomarse otro vaso de agua, que llenaba desde una gran botella de plástico.

- ¿Para quién es el libro?, preguntaba refiriéndose al "Neruda por Skármeta" que recién había dejado sobre sus manos luego de pagar 13 euros y cuya portada es una fotografía de Pablo Neruda, Juan Rulfo y Antonio Skármeta en Isla Negra en 1969.

En una breve conversación confesó que disfrutó mucho el programa de televisión, aquel que lo llevó tras las ciudades y sus escritores, y lamentó su única temporada.

Al saberme venezolano, una pregunta surgió: "¿tienen un plebiscito ahora?".

- Un referéndum, el 15 de agosto - aclaré.

Entonces llegó la dedicatoria que cierra con un "con cariño a Venezuela".

Alejandro Luy

Junio 2004

sábado, 4 de julio de 2015

En un solo lugar



En este mundo tan fragmentado, lleno de partículas de problemas que no se integran, es difícil ver el bosque para entender las causas y consecuencias que permitan planificar las acciones para encontrar soluciones.  Esa realidad no está ausente en Venezuela.  Hay quienes investigan, sustentan y defienden los derechos humanos, y lo hacen bien; hay quienes identifican los problemas de salud y recomiendan acciones, y lo hacen bien; hay quienes se dedican a medir el impacto de la actividad humana en el ambiente, y también lo hacen bien. 

Pero eso de sentarse a ver el bosque, de identificar plataformas y espacios para entender que el desarrollo requiere interrelaciones, no es común.  Por ello cuando uno tiene la posibilidad de estar en un solo lugar donde se integran los problemas y las soluciones, termina con una mezcla esquizofrénica de tristeza y esperanza.  Es decir termina como se termina en cualquier lectura seria de este país que se llama Venezuela.

Geólogos, biólogos y médicos, todos venezolanos, todos preocupados, coincidieron en el foro “Minería, Ambiente y Salud” en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, a partir de una convocatoria de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat.

Escuché las exposiciones de 6 profesionales: Dr. Franco Urbani, Ing. Noel Mariño, Dra. Tina Oliveira-Miranda, Dr. Antonio Machado-Allison, Dr.  Oscar Noya, Dra. María Eugenia Grillet.  Transcribo algunos datos que espero le permitan entender este complejo problema, sus inicios y los motivos que nos tienen donde estamos.
Aquí voy:
  1. De los países amazónicos (Colombia, Perú, Bolivia, Brasil y Ecuador), Venezuela es el único en el cual la deforestación ha venido incrementándose en su amazonía.
  2. La tasa de deforestación en la Amazonia venezolana acumulada hasta el año 2000 era de 2,2%, que equivalía a 8.900 kilómetros cuadrados.  Entre 2000 y 2015 la tasa de deforestación es de 3,3%.  Es decir en los últimos 15 años la desforestación en Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro ha sido superior a la acumulada en toda la historia previa.
  3. El mercurio es un elemento utilizado para la minería de oro.  Sin embargo está prohibido no solo su uso, sino su importación.  Pero el mercurio llega adonde debe llegar.
  4. La contaminación por mercurio no es reversible.  Cuerpos de agua, plantas, animales y finalmente los seres humanos lo acumulan.  Los hombres (y también las mujeres, aquí también aplica la igualdad de género) al estar en la cadena alimenticia se van envenenando lentamente.  Pero los mineros, y sus hijos cuando se bañan en lagunas resultantes de la extracción de oro, se exponen aún más a la contaminación por inhalación y contacto.
  5. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece toda la base legal necesaria para la protección de la salud de las personas y los ecosistemas.  Allí están los derechos sociales, ambientales y especialmente de las comunidades indígenas a partir de los cuales se debería regular o prohibir la actividad minera en el territorio.  Junto a la CRBV están las leyes que se requieren. 
  6. En torno a la actividad minera ilegal también están presentes los “pranes”, bandas ilegales que dominan el negocio y sus ramificaciones.
  7. ¿Por qué ha aumentado la actividad minera ilegal?  En los últimos años ha incrementado el precio del oro, y junto a ello ha habido una disminución de la actividad de Minerven, empresa con 100% de capital del estado venezolano. 
  8. Antes, solo se movilizaban los hombres a los centros de minería, pero en los últimos tiempos toda la familia se desplaza y así se expone a la contaminación mercurial, a la malaria y otras enfermedades.
  9. En este período de mayor oportunidad para su crecimiento dado los precios del oro, Minerven produce menos y tiene más empleado.  Resultado: una empresa quebrada.
  10. Existe una alta correlación entre malaria y precio del oro; y del precio del oro con el incremento de la minería ilegal.  Así, la minería ilegal es uno de los factores que explica el incremento de la malaria.
  11. Cerca del 80% de los casos de malaria se encuentran en el estado Bolívar, pero no en cualquier parte.  Dentro de ese porcentaje la mayoría de los casos están concentrados en el Municipio Sifontes, y en este en poblaciones mineras como Las Claritas.
  12. El número de casos de malaria se ha incrementado de uno 15 mil en 1999 a cerca de 90 mil en 2014.
  13. El doctor Oscar Noya, del Instituto Medicina Tropical en Universidad Central de Venezuela, cerró su exposición haciendo referencia a sus contactos con el primer ministro de Salud del gobierno de Hugo Chávez, el Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa. Hizo mención a dos encuentros, uno en Carnaval y otro en Semana Santa y luego mostró dos párrafos de la carta que le envió en diciembre de 1999.  Con contundentes palabras le expresó los errores de la gestión que empezaba en el abordaje de la malaria y le expresaba recomendaciones concretas.  La carta iba con copia a Chávez y a Luis Fuenmayor Toro, otro funcionario del gobierno del momento.  Obviamente no le hicieron caso (quería escribir "no le pararon bola").

Seguramente Ud., al igual que yo, ignoraba muchas de las cosas que estos especialistas dijeron.  Pero es imposible que todos los Ministros, Vice ministros, Directores, Jefes, y demás funcionarios altos y medios de los últimos 16 años no hayan visto, leído o escuchado sobre estos problemas, de manera aislada o integrada.

Es difícil para mí poder entender excusas que intenten explicar por qué se permitió llegar a este punto. 

Sin embargo, estoy seguro de que estos especialistas y muchos otros tienen propuestas concretas para revertir esta situación.  Pero se necesita de gente que quiera escuchar, y actuar; escasos, muy escasos en este momento.  Parece que tendremos que CREAR (no solo esperar) mejores momentos.

Alejandro Luy

sábado, 20 de junio de 2015

Comunicación chacumbele

En el Aeropuerto Internacional de la Chinita, un gran pendón ubicado en la zona de la Feria de comida está compuesto por la cara de Chávez con la mano derecha en su sien, haciendo el saludo militar, y la letra de Patria Querida.
Y es que en todos los aeropuertos del país, Maiquetía, Puerto Ordaz, Barquisimeto, está presente Chávez.  Bueno, realmente el “Gigante eterno” es omnipresente en el país gracias a la adoración no solo de la gente común sino de quienes lo usan como una especie de comodín para esconder sus debilidades y la crisis institucionales del estado y del PSUV.  Los “ojitos” y la firma en los edificios públicos y en los de la Misión Vivienda Venezuela, las caricaturas y fotos las páginas web oficiales o en los carteles en Supermercados Bicentenario, Mercales o PDVALes, la exposición “Chávez lector” en la Estación del Metro de Chacaito.
Y es que Chávez sirve como amalgama para crear el espíritu de cuerpo hacia la revolución; lo hizo vivo y también una vez fallecido, pero ¿podrá seguir siéndolo? 
Lo que se escucha muy frecuentemente en la calle, que en la actualidad es la cola el día que te toca comprar por la terminación de tu número de cédula, es que “si Chávez estuviera vivo, esto no estuviera pasando”, “el haría algo”.  “Esto” se refiere a la calamidad para conseguir y comprar productos.  Nadie puede demostrar que esas afirmaciones no sean cierta, y como nunca se vivió algo parecido en magnitud a lo que hoy ocurre, la declaración luce irrebatible. Cuando Chávez no era así, ni tampoco sería hoy.
Ahora, el haber exacerbado la imagen y el significado de Chávez, es la peor propaganda para Maduro. Mientras el Gigante esté más presente, la comparación de su buena gestión con la de Maduro (aunque este venda con Osorio la tesis de la Guerra económica) siempre dejará en claro que Chávez podía y su “hijo” no. 

La alabanza continuada a Chávez es la palanca que sustenta la crítica a la incapacidad de Maduro por parte de aquellos que fueron o que aún son chavistas.  Que el sostén de comunicación del gobierno siga siendo la alabanza a Chávez es, sencillamente, la política de Chacumbele: “el mismito se mató”.

miércoles, 17 de junio de 2015

La lista de Golinger (con ñapa de Osorio)

“Eva Golinger ha publicado 213 artículos en Aporrea.org desde 15/07/03” se lee cuando usted busca la información en ese portal.
En su lista de artículos cada título da una clara idea de por dónde va el interés de la señora.  “USAD en Bolivia y Venezuela: la subversión silenciosa”, “Quién mató a Hugo Chávez” o “Chávez, un gigante bajo la luna” son solo tres artículos que muestran lo que ya sabemos de Eva, su desconfianza hacia todo lo que venga de su país (me refiero a EEUU) y su adoración a Chávez.
A “Bolívar” lo menciona una sola vez, y no por reseña histórica al padre de la patria sino en su más reciente artículo: “Lo que me hizo Yonny Bolívar”, en el cual no solo cuenta acerca del acoso por parte del presunto asesino de Adriana Urquiola sino que muestra su preocupación por la violencia sexual que sufren las mujeres, e incluso logra decir “las fallas en el sistema que han permitido salir un tipo como él (se refiere al Capitán Bolívar) tienen que ser investigadas y corregidas”.
Ahora, en los 213 artículos que Eva ha escrito en Aporrea desde 2003, no hay ninguno que tenga las palabra “mujer”, “violación”, “investigar” “falla”. 
En sus títulos Chávez está 13 veces, golpe 18, Obama 9, Estados Unidos 8, Cuba (cubano) 9, Bolivia 7.  Está claro cuál ha sido la prioridad de Eva durante los últimos 12 años.
Por eso, su artículo que describe las perversiones del Capitán Bolívar, que ella nunca denunció “porque como a muchas mujeres que somos víctimas de la violencia, me daba pena”, donde se alaba señalando “porque a pesar de todo mi conocimiento y trabajo con el tema de la violencia contra mujeres, igual fui víctima” tiene mucho de falsedad y mentira.
No me creo Eva eso de que “A pesar de lo que mucha gente puede pensar de mi por ser figura pública y cercana al gobierno venezolano, nunca tuve un poder especial para imponer una sentencia más fuerte a Yonny Bolívar”.  Al menos podías haberte asegurado de que cumpliera toda su pena.
Lo que yo creo es que Eva, a pesar de su experiencia y la de su madre, prefirió sacrificar a las mujeres invisibles que utilizar, por ejemplo, los espacios de La Hojilla para hablar de tipos como el Capitán Bolívar o exigir a la Fiscalía o al Ministro de turno investigación y acción.  Las palabras eran para la CIA y sus “lacayos”.
Que bueno que no le pasó nada a Eva.  Que malo que su silencio selectivo perjudicó a otras mujeres que si jodió el Capitán Bolívar gracias a las “fallas del sistema” chavista y revolucionario.
  
La ñapa
El ministro Carlos Osorio ha señalado que “Pronto se dejará de vender por cédula” y yo le creo. 
Yo estoy convencido de que pronto la cédula dejará de ser un filtro para que usted compre.  Así podrá saciar su antojo de papel tualé o necesidad de toallas sanitarias cualquier dia de la semana.
Ahora yo no creo, como tambien dijo Osorio que el motivo sea la normalización del abastecimiento.
Pienso, apelando a mi lado más extremista (que ha acertado con muchas cosas a pesar de que mi racionalidad se oponga) que la causa de no usar la cédula es porque el gobierno - con Carlos Osorio como líder - lo que va a poner es una libreta de racionamiento.
Así usted podrá comprar el día que quiera, pero con un racionamiento mensual, que como también indica la nota será para todos los productos no solo para los regulados.




jueves, 11 de junio de 2015

Giordani, el adjetivo

Quizás no se merece tanto.  Podría interpretarse hasta un homenaje inmerecido.  Porque es difícil tener algun gesto de compasión con un señor como Jorge Giordani al vernos en el caos económico que nos encontramos gracias a su accionar.
Tras su entrevista en Aporrea donde advierte "La economía venezolana es una bomba de tiempo", que no hace más que agregar lo dicho en dos declaraciones previas, una de las cuales se mereció el excelente artículo de Laureano Márquez, Your dany, la gente, y especialmente los economistas no mascaron en darle hasta con el tobo por la magnitud de su irresponsabilidad.
"En cada una de las metidas de pata de Venezuela está la uña de Giordani" dijo Francisco Faraco a César Miguel Rondón, y remató diciendo "cuando la gente está en el ocaso de la vida, trata de blanquear su sepulcro. Eso es lo que intenta Giordani".
Por twitter Asdrubal Oliveros empezó diciendo "Jorge Giordani, el padre de este desastre económico, dando lecciones en política económica. Hay que ser bien descarado, la verdad".
Y así este economista introdujo un adjetivo:descarado". 
Previamente, Naky Soto, en su Zaperoco, fue menos sutil. Le llamó simplemente: "Un redoblado hijo de puta".
Mauricio Dávila, más calmado colocó en su muro de facebook (acompañando a la nota de Giordani) "Sinverguenza" junto a las acepciones que da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Yo mismo clamaba en mi tuiter temprano en la mañana "Deberíamos inventar un adjetivo para calificar a Giordani". Han pasado las horas y de verdad, pensándolo mejor, creo que Giordani debe ser el adjetivo.
De ahora en adelante, hasta quien sabe cuando, en el momento que debamos referirnos a una desacertada política económica bastaría decir Giordani para que todos entendieran el peligro que corremos.
Giordani, el adjetivo, sería el crisol donde se mezclan muchos adjetivos y ofensas: cara e´tabla, sinverguenza, redoblado hijo de puta, descarado, infeliz, complice, y muchos mas.
La economía de hoy, que es la misma de la del comandante, tiene un solo adjetivo: Giordani.







martes, 28 de abril de 2015

Empresas Polar y el gobierno

En 2011, en el curso de Gerencia Estratégica de la Maestría de Gerencia Ambiental de la Universidad de Los Andes (Colombia), un grupo de estudiantes, incluyendo dos venezolanos, escogimos como caso de estudio y análisis la situación de Empresas Polar frente al gobierno venezolano.  El nombre del trabajo describe, a mi juicio, de manera exacta el dilema: Empresas Polar:  cuando el gobierno es tu mayor amenaza.
A raíz de la “interacción” del gobierno en 2013 (ésta vez de Maduro) con la empresa y en el contexto de escasez que padecíamos (y seguimos padeciendo en 2015), recordé el trabajo y me dediqué a extraer aspecto relevantes que hoy vale la pena (re)considerar.
Evidenciamos en nuestro trabajo que una de las fortalezas de Empresas Polar son sus canales de distribución amplios y eficientes que, junto a numerosos puntos de venta, le permiten cubrir todo el territorio venezolano y atender a un gran número de clientes. Además entre 60 y 70% de sus clientes del sector alimento está conformado por pequeños y medianos distribuidores.
Cuando revisamos las amenazas que visualizamos el 2011, se evidencia como estas se mantienen casi igual, años más tarde:
1.  Disminución de la producción de las materias primas agrícolas en Venezuela.  Debido a procesos de invasiones, intervenciones de parte del gobierno y expropiación de tierras, a la regulación de precios y a factores climáticos, la producción de rubros como maíz, papa, arroz, sorgo y frutales, ha disminuido. Esos rubros son fundamentales en la elaboración de muchos productos de Empresas Polar.  De continuar esta tendencia, la producción de la empresa puede verse afectada.
2.  Problemas para importar materia prima. La importación de insumos agrícolas en Venezuela está sujeta a una serie de permisos gubernamentales, cuyos trámites generan retardo en los procesos de las empresas.
3.  Dificultad para el pago de materia prima importada.  Se requiere Autorización de Liquidación de Divisas (ALD) para que CADIVI pague al proveedor el monto de la importación, ésta debe hacerse después de la nacionalización de la mercancía en el puerto.  No existe un plazo máximo para que CADIVI cancele estas divisas, mientras no se concrete la emisión del ALD el proveedor internacional no recibe el pago por su venta.
Mercado Cambiario. Existe un control de cambios de moneda extranjera, mediante el cual el gobierno es el único ente autorizado para otorgar divisas. Los problemas operativos de CADIVI, generan retrasos en la asignación de divisas.  Además las empresas nacionales no pueden convertir libremente sus ganancias para inversiones en el exterior.
4.  Importación de alimentos por el gobierno. El gobierno de Venezuela se ha convertido en el principal competidor de Empresas Polar, ya que importa y distribuye alimentos de consumo masivo, los cuales están subsidiados.
5.  Control de Precios de los alimentos de la cesta básica.  Dichos precios son fijados por el Gobierno sin considerar los costos de la cadena de valor.  Esto afecta los márgenes de ganancia de Empresas Polar.
6.  Expropiación. Implicaría la toma forzosa de la empresa por parte del gobierno.
Analistas consultados en esa fecha, es decir 2011, consideraban que la respuesta a la expropiación de Empresas Polar “no es un asunto de Sí o No, sino cuando, y para ello el gobierno debe esperar el momento de menor riesgo político”, mientras que otros señalan que la “única opción que tiene la empresa es otro gobierno”.
Para nuestro análisis encontramos un estudio que evidenciaba la percepción de los consumidores elaborado por – sorpréndase – Hinterlaces para junio de 2010, que decían lo siguiente: 
·         Ante la pregunta si cree que el Presidente de la República (Hugo Chávez) quiere limitar la propiedad privada o fortalecerla, el 69% cree que se quiere limitar la propiedad privada, 25% fortalecerla.
·         70% de los encuestados se mostró en desacuerdo con la nacionalización o expropiación de empresas y haciendas, mientras que 25% está de acuerdo.
·         Ante la pregunta de qué prefieren entre propiedad privada o propiedad colectiva o comunal, 80% se inclinó por la propiedad privada, 17% por la colectiva.
·         Al consultarle la opinión sobre Empresas Polar, basándose en lo que saben o escuchan de ella, 76% manifestó una opinión favorable, 19% desfavorable.
·         83% está en desacuerdo con que el Gobierno expropie Polar, en tanto que 13% sí está de acuerdo y 4% no sabe o no responde.
·         87% cree que el Gobierno y la empresa privada deben dialogar y trabajar juntos, 11% cree lo contrario.
No está demás señalar que la proporción de la fuerza política y electoral del Gobierno en 2010, fecha del estudio, dista mucho de la situación actual aunque los líderes del gobierno parecieran ignorarlo.
A partir de todos los datos recogidos en casi 50 páginas, construimos 7 escenarios posibles para Empresas Polar y produjimos una conclusión central y una recomendación:
Dada la complejidad de administrar a Empresas Polar, y la limitada experiencia del Gobierno de Venezuela en la industria de los alimentos, junto con el costo político y social que le acarrearía al Gobierno una deficiente distribución de alimentos, consideramos que las probabilidades de una expropiación de la empresa son relativamente bajas, a pesar de las continuas amenazas públicas.
Por tanto, en nuestro trabajo estimamos y recomendamos a Empresas Polar, que sin subestimar las amenazas del gobierno, optara por incrementar su inversión en Venezuela junto con el posicionamiento de sus marcas emblemáticas, sin detener sus esfuerzos tendentes a la internacionalización.
En el trabajo obtuvimos 4,75 puntos de 5.
La recomendación al Gobierno es que si quiere se copie de lo que dijimos y así Venezuela puede sacar una mejor nota.

Alejandro Luy

viernes, 3 de abril de 2015

Prohibido confundir esperanza con oportunidad

I
Noveno inning.  El equipo pierde por tres carreras, pero las bases están llenas. ¿Podrán darle la vuelta a la tortilla y ganar el juego?
La respuesta del fanático es la esperanza: ¡por supuesto! Este no se pone a analizar, porque en la esperanza solo hay deseo.  
"Claro que vamos ganar", y esto no tiene nada que ver con las características de los bateadores propios o del pitcher contrario. La esperanza es un acto irracional. 
Quien está afuera de los sentimientos, lo que ve es la oportunidad, una mezcla de estadística, capacidad de pitcher, estrategias de los manager, el bateador y su desempeño en la serie, el día, la temporada o en su carrera.  Aquí es pertinente, normal, y hasta necesario, el escepticismo que no es otra cosa que la probabilidad (baja) de que algo ocurra en función de los datos con que se analiza la situación.
La esperanza tiene que ver con la fe, que en su sentido más extremo es el fanatismo.
Evidentemente, muchas veces la oportunidad y la esperanza pueden unirse. 
Pero lo que termine pasando en ese noveno inning no es producto de análisis o de fe, sino será la resultante de la actuación del pitcher y el bateador, y eventualmente del resto de los jugadores en el campo.  Un lanzamiento malo, o un cuadrangular del bateador con el peor promedio, en el que nadie cree, puede hacer que la fe valga más que la estadística. 

II
A decir de los comentarios de varios amigos, parece que no he logrado comunicar de manera clara mi idea cuando escribí sobre el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.  Quizás se deba a ellos lo han leído desde el escepticismo, fundamentado en análisis racionales basados en experiencias previas, difíciles de objetar; absolutamente comprensibles.
Pero como a mi me importa tanto lo que he dicho - y sostengo - utilizo esta líneas para aclarar lo que no fue entendido (acto contrario a lo que recomiendan los escritores):  yo no estoy hablando desde la fe.  Yo estoy claro de que "los deseos no empreñan". 
Hablo de la racionalidad de las oportunidades. De la posibilidad de cambiar las cosas si los jugadores hacen sus jugadas. No soy optimista, tampoco pesimista. Ninguno de esos sentimientos han sido expuestos en mis palabras.
Mi artículo pretende ser al Ministerio y al Ministro, lo que las señas de un coach de tercera a un bateador que está en el plato y tiene tres hombres en base:  una sugerencia (para mi necesaria), que no es otra que esperar el picheo adecuado; no le tires a bolas malas.

III
Los que les gusta el béisbol conocen la máxima de Yogi Berra: el juego no se acaba hasta que termina.
Y yo sigo en las gradas tomándome una cerveza, para ver las jugadas hasta el out 27.

-- 
Alejandro Luy

miércoles, 4 de marzo de 2015

Ramos Allup presidente

Querido niño Jesús:

En primer lugar debo decirte que el título de esta carta, es una solicitud y no una predicción.  Y la petición es para ti: yo, que me he portado bien todo el año, te solicito como regalo a Henry Ramos Allup como presidente de la república en el 2006.

Como se que la solicitud puede resultar extraña, y contraviniendo la tradición de las cartas dirigidas a ti, he considerado necesario argumentar mi solicitud, la cual seguramente se convertirá en un deseo mayoritario.

En primer lugar, yo estoy súper convencido de que si Ramos Allup se convierte en presidente, en menos de un año todos los venezolanos empezaremos a añorar al gobierno anterior, es decir al actual, que tanta crítica recibe tanto adentro como afuera del país.

No se si tu corta edad te impide recordar que cada vez que se instala un gobierno empezamos a extrañar al anterior y nos damos cuenta de que no era tan malo como llegamos a pensar.  ¡Tu no te imaginas la cantidad de gente que en estos tiempos evoca el gobierno de Caldera e incluso el de CAP II!

Entonces, cuando menos lo esperemos, muchos coincidiremos que eran buenas las misiones, y la política exterior, y la economía, y el petróleo a Cuba, y la gasolina de los pobres de EEUU, y los planes de desarrollo del gobierno actual, que será el gobierno anterior una vez que se monte Ramos Allup. 

Si Ramos Allup es presidente (¿o debo decir cuando Ramos Allup sea presidente?), regresarían las romerías blancas que tan divertidas eran, bien en la avenida México o en la avenida Bolívar. Sin tanto formalismo como los actuales mega mercales, se harían dos o tres veces al año, siendo la más relevante la que celebremos los 13 de septiembre en la conmemoración del aniversario del partido. Y entonces uno ira a beber cerveza y a ver a los dirigentes sonrientes con sus gorritas blancas.  Nada de sacar la cédula, el pasaporte o comprar carne.  Cuando mucho a comer pinchos.

Pero también tendríamos fiestas carnestolendas y patronales en absolutamente todos los pueblos donde haya una casa de AD en Venezuela.  Es decir tendríamos - como antes -  fiestas carnestolendas y patronales en toda Venezuela.

A decir de lo sucedido en los tres últimos gobiernos adecos, es casi seguro que volverían las barraganas, que cumplían tres funciones:  "atender" al presidente, hacer chanchullos y - lo más importante - nos darían a los mortales elementos para el chisme y la guasa.

Si Ramos Allup es presidente, con los adecos volverán los copeyanos y entonces volveremos a hablar de la guanabana, ya que en todos la administración pública encontraríamos ministros, vice-ministros, directores, “verdes por fuera pero blancos por dentro”.

Pero te digo que aquí está el principal motivo de esta solicitud, mi querido niño Jesús.  En este párrafo te explico, final y muy egoístamente, porqué yo quiero que Ramos Allup sea presidente. Cuando gane Ramos Allup yo podré sentarme nuevamente con todos, absolutamente con todos, mis amigos y familiares, de la A a la Z, en cualquier plaza, esquina, fiesta o botiquín a hablar sobre el presidente y sus ministros, y, sin discrepancias ni molestias,  todos juntos expresar a viva voz: ¡este gobierno es una mierda!.

Alejandro Luy

Publicado en el diario El Mundo el 20 de diciembre de 2005.

sábado, 21 de febrero de 2015

Soy flaco

La afirmación no es algo que deba sorprender a quienes me conocen, ni que se pueda esconder a aquellos que me ven por primera vez. No hay duda: soy flaco.

Mi flacura no es clandestina, es lo suficiente visible para no pasar desapercibida.

Y soy flaco desde, prácticamente, mi nacimiento. Son ya varias décadas de flacura gracias a los genes, esas cosas que nos pasan nuestros padres y que no pueden ser alteradas. No importa cuanto coma, ni el ejercicio que haga, para los otros siempre he sido y seré flaco.

Una vez encontré en una casa de antigüedades un manual de Charles Atlas con el método que él mismo inventó para convertir a los alfeñiques en papeados. A pesar de la dedicación y el empeño puesto, la cosa no funcionó, seguí siendo flaco.

Cuando nos casamos mi esposa tenía la expectativa de que en mi se repitiera el patrón de todo hombre, según el cual, después del sí ante el juez, engordas. Pues sus deseos se han frustrado porque después de muchos años ni barriga me ha salido.

Les confieso que no comprendo como la gente que he conocido y ha dejado de verme luego de un tiempo, una semana, un mes, dos o cinco años, invariablemente señala: ¡chico pero estás más flaco! o en su variante sarcástica ¡coño, estás más gordo!

Si fuera verdad que el tiempo transcurre bajo la premisa de que cada día soy más flaco, hoy sería una calavera.

Soy flaco, imposible ocultarlo, pero no entiendo por qué la gente con la que te cruzas por primera, y quizás única, vez en la calle, en una oficina, en una tienda o en el cine, toma el adjetivo como forma de saludo o de rompe hielos: dime flaco en que podemos ayudarte; flaco me puedes decir la hora, un permiso flaco.

Un día golpee mi rodilla con una sólida barra de metal, e inmediatamente escuche a la mujer que se sentaba al lado decir: ¡Eso te pasa por ser flaco!

Puede usted imaginar las capas de grasa y carne necesaria para que un golpe en la rodilla con una barra de metal deje de ser doloroso.

Pero llegó el día en el que me pregunté si yo, como retribución a quienes me rodeaban, podría ir por la vida calificando a la gente por su característica más visible o incluso por aquella que trata de ocultar pero nunca es posible.

¿Podría toda relación empezar a partir de un epíteto?

La respuesta a mi pregunta fue un contundente sí.

Y de allí en adelante mi vida cambió.

A "buenos días flaco", "flaco que deseas", "flaco podrías atenderme", flaco etc. etc., respondo: buenos días gorda, calvo unas pastillas, celulítica qué necesitas, etc, etc. Así voy recordándoles a todos lo que son: arrugada, lampiño, barrigón, panzona, manco, culona, narizón, chinga, enano, tuerta, bigotudo, barbudo, dientona, varicosa, fofo, casposo, negro, manchado, catire, bachaco, grasosa, sudón, vieja, orejas peludas, mocoso, cojo, jorobado, pipí chiquito, bola de toro, marutona, flaca.

Alejandro Luy

Publicado en El Mundo, el 26 de febrero de 2004

Yo en el Maratón de la CAF 2012 (o por qué corren los que corren)

Empiezo advirtiendo que este no es un artículo deportivo. El hecho de que yo haya estado en el Maratón de la CAF de 2012 desde las 6 de la mañana no debe tomarse como un indicativo de que soy un deportista que se atrevió a aceptar el reto de correr 21 o 42 K, es decir media o la maratón completa.
Quien me conoce sabe que soy de los que sostiene la tesis de que el deporte es malo para la salud. Una fascitis plantar o un codo de tenista no le da a quienes nos quedamos tranquilo viendo la televisión, aunque sean deportes por ESPN. Esas son algunas de las enfermedades propias de quienes se dicen “deportistas”.
Tampoco se trata de ser un faramallero, para lucir los veintúnicos shores Nike y la veintiúnica franela puma, antes los más de seis mil corredores/as que se soltaron a correr este 26 de febrero.
Fui al Maratón de la CAF para hacer un par de investigaciones. La primera, pretendía tener una medida de cuan atletas son mis amigos, o al menos la gente con la cual estuve relacionado en el pasado. Uno sabe de alguna gente que se la pasa corriendo los 10K, los 21K y hasta las 42K, pero cuántos de esos que son como uno realmente disfrutan de poner sus pasos sobre el asfalto. Bueno después de este día al menos me ha quedado claro que, además de Eddy y Luciano, no parece haber ningún amigo que ande cometiendo esas imprudencias. A nadie más de los que están en mi facebook los vi cruzando la meta. Si sumo a los corredores de diez kilómetros, Diana, Ninoska, Thony, Antonio, Anita y Pedro, entonces queda claro que la mayoría de mis amigos/as son gente normal como Carlos y Norberto que superaron esa etapa de andar corriendo en su juventud temprana. José Agustín parece que va a caer en el camino de la perdición, ojalá la cerveza lo salve.
Pero, y aquí viene la segunda investigación, debe haber un motivo para que más de seis mil personas, jóvenes, viejas, gordas, flacas, bellas o feas, decidan enfrentar ese poco de kilómetros un domingo antes de que salga el sol. No debe ser el premio metálico, que en ésta oportunidad era muy bueno, porque la mayoría no tenía cara de estar engañándose: estaban claritos que son parte de “el lote”.
He escuchado la tesis de que el trotar genera tantas endorfinas que prácticamente terminas drogado, pero si ese fuese el motivo más de uno se le debe haber pasado la nota una vez que los músculos le empezaron a doler. Casi todos los que vi en la carrera luego estaban en las carpas de Dencorub.
Ansioso por saber el motivo pensé que la razón de tanto esfuerzo no la iba a encontrar en el camino sino en la meta. Logrando escabullírmele a los policías, organizadores y voluntarios me quedé plantado por más de cuatro horas en el extremo final de la carrera grabando lo que sucedía cada vez que un corredor traspasaba la meta.
Y fue así como, justo en el momento que salió el sol me di cuenta por qué la gente corre un Maratón. Qué es aquello que los estimula, cuál es el motivo que lo mueve a tanto esfuerzo. Por qué madrugar, gastar zapatos y sudar un domingo de febrero.
La razón: un cambur. Amarillo, madurito y lleno de potasio.
La gente corre para que le den un cambur. Con ese estímulo, vale la pena el esfuerzo. Al menos eso piensan los maratonistas.

Alejandro Luy
26 de febrero de 2012

lunes, 16 de febrero de 2015

Tenis

I
Hubo un tiempo cuando yo respondía ”Tenis” ante la pregunta ¿qué deporte practica? o su equivalente.
Porque, aunque le cueste creerlo, yo fui un jugador de tenis. Jugador con short con bolsillos, muñequera, bandana, raqueta de madera, pelotas, y admirador de Björn Borg, cuando ni siquiera existía ESPN (léase, más o menos, I-ES-PI-EN). El músculo de mi brazo derecho era significativamente más voluminoso que el izquierdo.
Una prueba de que yo era un jugador de tenis es el estado actual de mis rodillas, que ahora no toleran una subidita a El Ávila todo porque sus meniscos se destrozaron mientas practicaba aquel que alguna vez se llamó el deporte blanco.
Estaría yo en primer año y merodearía los 11 años cuando le pedía a mi papá que me llevara al frontón de la Universidad Central de Venezuela, ese que usted ve a la izquierda tan pronto entra por la entrada Tamanaco, todos los domingos por la mañana.
Y mi papá me llevaba. A partir de allí no me queda duda de que mi padre me quiere mucho. Porque hay que ser un padre abnegado para hacer lo que mi padre hacía. No como yo que sólo llevo a mis hijas y a mi hijo al Parque del Este como tres domingos al año, y después de las 11.
Y entonces me paraba yo frente al monstruo verde, picado por una línea blanca a darle a la pelotita, una y otra y otra vez, hasta que indefectiblemente la mandaba para el otro lado, salía a buscarla o mandaba a mi papá.
Créanme que yo iba mejorando con cada domingo que entrenaba, pero la pared era mi único destino. Como era jugador solitario era difícil encontrar con quien entrar a la cancha. Eventualmente, cuando faltaba alguien en un doble alguien me “invitaba” a jugar. Por supuesto quienes me daban la oportunidad lo hacían con mucha resignación. Un psicólogo me haría ver que – para los fines del juego – mi presencia era sólo un “peor es nada”.
De ese tiempo recuerdo una viejita gringa como de 60 años que jugaba de manera impresionante, y era asidua a las canchas de la UCV y del hotel Caracas Milton (donde a veces me coleaba). Cuando hacía pareja de juego con ella, la mujer devolvía todas las pelotas, y vencía a los adversarios, mientras yo buscaba las pelotas que quedaban en la red y esperaba los ciclos necesarios para hacer el saque. Al menos nadie podía obviarme en ese momento del juego.
Pero yo no me amilanaba y seguía jugando, incluso con mi amigo Raúl en la Plaza de la Iglesia de Pagüita, allí al final de la Avenida Sucre y justo en frente del Palacio de Miraflores. Honestamente creo que ni antes ni después de esa época, alguna persona ha jugado tenis en tan particular terreno.
Imagínese que pensaría hoy la Casa Militar si ve a unos adolescentes cursantes de tercer año practicando tan imperialista deporte en la plaza de Pagüita. No dudarían pensar que es una vaina de la CIA.
II
Pero el tenis me hizo aprender muchas cosas y encaminar mi vida.
Cuando salí del bachillerato y mientras esperaba el cupo de la Universidad, dediqué la mayor parte de mi tiempo a entrenarme en el deporte. Fue allí, compartiendo con Domingo y Raúl que conocía mi primer entrenador, y al mismo tiempo a la primera persona que me estafó.
Porque yo tuve un entrenador, que me decía que calentara los músculos, que me lanzaba pelotas, que me enseñaba como agarrar la raqueta tanto en el forehand como el backhand. Me enseñó como debía colocarme en la cancha, en qué momento debía ir a la malla, y hasta como hacerle perder la paciencia al adversario. Mi entrenador organizaba torneos entre quienes jugábamos en las canchas de La Paz, en el Paraíso.
Y fue mi entrenador el que me ofreció un par de raquetas Wilson por 500 bolívares de los del año 80. De los bolívares de antes del viernes negro. Dos raquetas por un poco más de 100 dólares. Pero eran los tiempos cuando uno no hacía la conversión a dólares.
Yo no se cómo conseguí el dinero pero no se me olvida que debí entregárselo completo a mi entrenador, para el adquirir los benditos implementos. Como a las dos semanas me trajo una de las raquetas, y la otra me la entregaría después.
Pasaba el tiempo y la raqueta no aparecía, hasta que llegó el momento en que tampoco apareció mi entrenador.
Así conocí a mi primer estafador.
III
¿Será por eso que a mi me parece que el tenis es una especie de estafa para la salud?
Todo el mundo sostiene que el deporte es bueno para el cuerpo, pero cada vez que pienso en los meniscos de los tenistas (incluyendo los míos), entre una de sus tantas dolencias, más concluyo que deporte igual a cuerpo sano es una ecuación falsa.
Por ejemplo el otro día estaba viendo a Rafael Nadal, el joven español que tiene como tres años como número 2 del mundo del tenis, cuando lo atendían en plena cancha. El “Matador” (así le dicen) tenía una ampollas que usted sólo puede ver en los pies de un jugador de tenis.
Caminar con unas alpargatas en el llano no causa el daño que hace jugar tenis, aun contando con los zapatos más ergonómicos desarrollados por Nike, marca que auspicia a Nadal.
En el abierto de Roma de este año fueron varios los jugadores que debieron abandonar. Dolores en la espalda, mareos, vómitos en transmisión en vivo y directo de ESPN, fueron algunas de las manifestaciones de lo saludable que son los jugadores de tenis.
Es tan particular el efecto negativo del tenis en la salud que hasta hay una enfermedad propia de la especialidad: “el codo de tenista”. Esto es un producto único.
Usted empieza a entrenarse como tenista y sabrá que se ha empeñado en su entrenamiento cuando sienta un dolor insoportable en la articulación del brazo, que lo mandará a un doctor quien, para que pueda recuperar su salud, le dirá que necesita reposo, es decir no hacer ningún deporte.
Pero lo último que he descubierto es que hay en los tenistas problemas sicológicos, más allá de lo que supone que es estar loco para someterse a tanta tortura llamada deporte, que se evidencia en conductas exageradas de acciones típicas del juego.
Yo la bauticé “Patología Djokovic” en honor a su más claro exponente, el jugador serbio Novak Djokovic. Esta es una enfermad que sufre el jugador pero afecta a sus rivales y a los espectadores.
¿Cómo se manifiesta? Imagine que usted es un jugador que hace botar su pelota antes del saque. Un jugador normal, puede hacer 4, 5, 7 rebotes rápido antes de lanzarla por sobre su cabeza para proceder a golpearla con la raqueta y pasarla para el otro lado.
La “Patología Djokovic” se manifiesta en que usted rebota de manera pausada, absolutamente ensimismado, por 17, 18, 19 ó 20 veces la pelota antes del saque. Y lo hace una, y otra y otra vez, a lo largo de dos horas o más de juego.
¿Qué tiene dentro de su mente un sujeto que se pierde en el rebote de una pelotita amarilla durante 20 veces? Hágalo usted y dígame que siente.
Eso no es concentración; eso es una enfermedad mental, y de las peores. Y claro tal comportamiento le rompe los nervios al que está esperando el saque así como a los que tratamos de disfrutar el juego frente al televisor.
El tenis no es otra cosa que un deporte. Una actividad inventada para que unos se esfuercen, suden, se lesionen mientras otros entrenamos nuestra comodidad

Alejandro Luy
1 de junio 2008

jueves, 29 de enero de 2015

Yo dije esto, ¿y tu?

  • A mi no me gusta la mayonesa Helmans ni la Mavesa; solo compro Kraft
  • Mi amor, mientras preparas el desayuno voy a comprar un litro de leche para el café y litro de jugo California 100% natural
  • El sábado voy al mercado para comprar la carne del mes
  • A mi no gusta estar comprando cosas todos los días, por eso yo hago un mercado mensual.
  • ¿Y por qué no te vas a Miami a comprar?  En esta temporada el pasaje es muy barato.
  • Viste mi amor, hoy empezaron las rebajas de Zara, ¿vamos?
  • Como estaba en la Casanova aproveché y saqué 200 dólares del cajero de Citibank

Me fui a la playa (después de mucho tiempo)

Me fui a la playa y apenas llegué, quienes estaban en la arena me bautizaron “el resplandor”.
Me fui a la playa y casi me hospitalizan:  nadie sano podía tener ese extraño color en la piel.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y un coleccionista me ofreció 200 bolívares por mis flotadores de Picachú.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y entendí la felicidad de mi amigo Tulio de Barinas el primer día que vio al mar, a una edad cercana a los 30 años.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me enteré de la invención del bikini.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pedí una cerveza Cardenal, y la mujer del kiosko exclamó: ¡se te cayó la cédula!
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me di cuenta que ya mis hijas no llevan tobitos para hacer castillos de arena.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pude terminar de leer el libro que había empezado la vez anterior:  Cien años de soledad.

viernes, 16 de enero de 2015

Tiempo de viudas

1
No tuvo que preocuparse la viuda mientras el difunto vivía. Su palabra era la verdad, sus acciones estaban marcadas de absoluta certeza.
Que él administrara el negocio de la familia no era un favor sino una dicha. Quien pudiera cuestionarlo si solo trabaja para ello, y ella y su hijo incapaz recibían los beneficios.
2
El día que se supo muerto, se entero que no era eterno, y - lo peor - se dio cuenta que la administración de su mayor riqueza seria responsabilidad del heredero ignorante e incapaz.
3
Y el que se iba a morir se murió. Y el hijo, ungido por su padre, se encargó mientras la viuda lloraba y lloraba.
4
Al poco tiempo la viuda seguía llorando y el negocio no iba bien. Ya no había la riqueza que era rica cuando estaba el difunto. 

¿Será que el hijo no sabe como hacerlo?, comenzó a ser la pregunta recurrente. Pero la viuda no se convencía.
5
Un día el hijo incapaz le grito a la viuda. No aceptaba cuestionamiento. Dudó de sus intereses. 

El negocio daba cada día menos, y la viuda, aun usando estrategias para engañarse, finalmente concluyó que el hijo no es el difunto.
6
La verdad es que el difunto dejo el negocio marchando mal, que el hijo ignorante e incapaz supo acelerar su destrucción. 

Pero toda esa verdad la viuda nunca la iba a aceptar, ni siquiera en el lecho de su muerte.
7
Vivimos en tiempo de viudas del gigante. Muchas son anónimas, otras - las intelectuales - se hacen llamar Marea socialista.