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jueves, 29 de enero de 2015

Yo dije esto, ¿y tu?

  • A mi no me gusta la mayonesa Helmans ni la Mavesa; solo compro Kraft
  • Mi amor, mientras preparas el desayuno voy a comprar un litro de leche para el café y litro de jugo California 100% natural
  • El sábado voy al mercado para comprar la carne del mes
  • A mi no gusta estar comprando cosas todos los días, por eso yo hago un mercado mensual.
  • ¿Y por qué no te vas a Miami a comprar?  En esta temporada el pasaje es muy barato.
  • Viste mi amor, hoy empezaron las rebajas de Zara, ¿vamos?
  • Como estaba en la Casanova aproveché y saqué 200 dólares del cajero de Citibank

Me fui a la playa (después de mucho tiempo)

Me fui a la playa y apenas llegué, quienes estaban en la arena me bautizaron “el resplandor”.
Me fui a la playa y casi me hospitalizan:  nadie sano podía tener ese extraño color en la piel.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y un coleccionista me ofreció 200 bolívares por mis flotadores de Picachú.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y entendí la felicidad de mi amigo Tulio de Barinas el primer día que vio al mar, a una edad cercana a los 30 años.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me enteré de la invención del bikini.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pedí una cerveza Cardenal, y la mujer del kiosko exclamó: ¡se te cayó la cédula!
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me di cuenta que ya mis hijas no llevan tobitos para hacer castillos de arena.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pude terminar de leer el libro que había empezado la vez anterior:  Cien años de soledad.

viernes, 16 de enero de 2015

Tiempo de viudas

1
No tuvo que preocuparse la viuda mientras el difunto vivía. Su palabra era la verdad, sus acciones estaban marcadas de absoluta certeza.
Que él administrara el negocio de la familia no era un favor sino una dicha. Quien pudiera cuestionarlo si solo trabaja para ello, y ella y su hijo incapaz recibían los beneficios.
2
El día que se supo muerto, se entero que no era eterno, y - lo peor - se dio cuenta que la administración de su mayor riqueza seria responsabilidad del heredero ignorante e incapaz.
3
Y el que se iba a morir se murió. Y el hijo, ungido por su padre, se encargó mientras la viuda lloraba y lloraba.
4
Al poco tiempo la viuda seguía llorando y el negocio no iba bien. Ya no había la riqueza que era rica cuando estaba el difunto. 

¿Será que el hijo no sabe como hacerlo?, comenzó a ser la pregunta recurrente. Pero la viuda no se convencía.
5
Un día el hijo incapaz le grito a la viuda. No aceptaba cuestionamiento. Dudó de sus intereses. 

El negocio daba cada día menos, y la viuda, aun usando estrategias para engañarse, finalmente concluyó que el hijo no es el difunto.
6
La verdad es que el difunto dejo el negocio marchando mal, que el hijo ignorante e incapaz supo acelerar su destrucción. 

Pero toda esa verdad la viuda nunca la iba a aceptar, ni siquiera en el lecho de su muerte.
7
Vivimos en tiempo de viudas del gigante. Muchas son anónimas, otras - las intelectuales - se hacen llamar Marea socialista.

martes, 13 de enero de 2015

El Síndrome de la Mujer Maravilla

Del análisis de los super héroes de mi infancia se pueden llegar a tres generalidades: la mayoría son hombres, tienen enemigos específicos y debilidades particulares. Por ejemplo, Superman, pelea fundamentalmente contra Lex Lutor, y la kriptonita es lo único que puede debilitarlo. Con ligeras variaciones, esos patrones los encontramos en Batman (sus enemigos principales el Guasón y el Pingüino) o Aquaman (Manta, su enemigo). Todos estos forman parte de la Liga de la Justicia, donde también está - de manera destacada - la Mujer Maravilla (MM), objeto de nuestro estudio.
Como buena representante de su género, la MM está cubierta de una gran variedad de herramientas - cuasi joyas - que forman parte de su look. Por ejemplo tiene unos brazaletes hechos de metal "fenium" con los que se protege de las balas. Esto lo acompaña con un lazo mágico que obliga a decir la verdad y hace perder la memoria.
Además la MM tiene la fortuna de contar con una de las mayores armas poseidas o deseadas por las mujeres: es bella y no envejece.
Súmenle a todo lo anterior su fuerza, casi equivalente a la de Supermán, y su capacidad de vuelo.
Pero al ser mujer, esta heroina incorporó en su arsenal algo más, que quizás sea lo más femenino. La MM tiene un escudo invisible, al cual no le entra ni coquito. Esta no es un arma para confrontar; es para evitar que los enemigos invadan su espacio. No se trata de repeler el ataque, sino obligar al villano a desgastarse en el intento de sobrepasar el muro.
De esta historia es que surge lo que denomino "El Síndrome de la Mujer Maravilla": la acción se centra en la creación por parte de las mujeres de la barrera para defenderse de los villanos, es decir, de los hombres.
¿Cuál es la finalidad de arriesgarse en una relación si es más fácil sacar el escudo de protección?
El escudo de MM, se traduce en palabras rutinarias de las mujeres como: "vamos por parte", "nada de besos", "déjame pensarlo" (acción de la que casi nunca hay respuesta positiva), "no invades mi espacio", etc., etc., etc.
Lo curioso en el Síndrome de la Mujer Maravilla es que sabiéndose las mujeres poseedoras del lazo de la verdad, prefieren encerrarse bajo su cúpula de cristal; poner la barrera.
No me voy a preguntar por qué será. Total siempre recuerdo lo que dijo Oscar Wilde: "las mujeres son para amarlas, no para entenderlas".

Alejandro Luy
5 de julio de 2010