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viernes, 14 de diciembre de 2018

Dinosaurios somos todos

A propósito de el final de la edición impresa de El Nacional, comparto un artículo que me publicaron y que me hizo acreedor del Mejor artículo de opinión 1999-2000 de la sección nuevas firmas.


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Nuevas firmas

Dinosaurios somos todos

Alejandro Luy *

Las agencias de noticias cuentan que los mexicanos andan muy felices por estos tiempos. Dicen que con el triunfo de Vicente Fox lograron algo que parecía imposible: la extinción del PRIsaurio, voraz partido animal que a punta de sus militantes, el apoyo que da la compra de votos y otras corruptelas electorales gobernó por 71 años el país.
Quizás ese estado de alegría que -con todo derecho- hoy disfrutan los mexicanos descanse en eso que se denomina "la felicidad del ignorante". Preocupado por que este sea el motivo de la dicha de los habitantes de México, es que decidí escribirles, casi como un servicio público, para alertarlos sobre la vida de los dinosaurios.
En primer lugar, y evolutivamente hablando, algunos paleontólogos sostienen que esos animales que llamamos dinosaurios no se extinguieron, sino que evolucionaron y están presentes bajo otras formas; fenotipos más agraciados que ahora reconocemos como aves. Aquellos tiranosaurios, estegosaurios, megaterios, braquiosaurios y demás seres que han sido objeto de interés después de la película Parque Jurásico, hoy se reflejan en más de 9.200 especies con diversas formas y tamaños que oscilan entre el colibrí abeja y el avestruz.
Pero no sólo se trata de la paleontología. En la política, que en definitiva es la base de la alegría mexicana, la situación es muy parecida. Tomemos como ejemplo el caso venezolano. Las elecciones de 1988 demostraron que más de 90% de los venezolanos eran adecos o copeyanos, a decir de la proporción de votos obtenidos por sus representantes, Carlos Andrés Pérez y Eduardo Fernández. Diez años mas tarde, adecos y copeyanos sumaron escasamente 11% de la votación en las elecciones presidenciales. Ahora mismo es difícil encontrar a un representante de esos partidos. ¿Acaso se extinguieron? No. Se transformaron como los dinosaurios y ahora están con su nueva piel en el MVR, PPT, Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Alianza Bravo Pueblo, Solidaridad Independiente y en una infinidad de grupos; algunos con el gobierno y otros en la oposición.
Amigos mexicanos, no es mi intención aguarles la fiesta, pero como verán aquí nadie está extinto. Todos nos hemos transformado. Adaptamos pieles, garras y dientes a la presión de los nuevos tiempos, teniendo como principal fin sobrevivir. Lo que aparentemente no cambió mucho fueron los comportamientos ante el poder y el ciudadano. Es allí donde está lo negativo de la historia. Es eso lo que me mueve a la alerta.
Así, como un gesto hermano, les aconsejo que no se hagan ilusiones para que no mueran de desengaños. En la política, la extinción no es para siempre. Mexicanos, si miran con detenimiento el ejemplo de Venezuela encontrarán que dinosaurios somos todos.