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lunes, 24 de mayo de 2021

Y tú qué propones

Hace unos días recibí por whatsapp una invitación a un foro-chat que a primera vista destaca no por los ponentes o el tema sino por la calidad del afiche.   Era una mezcla de un par de malas fotos de quienes harían las presentaciones, con textos que indican su profesión, cargo en la organización que representan, títulos de las ponencias, y por supuesto el nombre del evento, fecha y hora.   Todo ello bañado de varios colores, y letras de distintos tamaños y tipos.   

 

El afiche era un desastre.

 

Si alguien preguntara cómo mejorarlo, seguramente empezaría por mencionar algunos elementos básicos obvios, pero lo más sensato sería contestándole que yo no soy diseñador, así que lo mejor que pueden hacer es contratar a alguien con conocimiento para rehacer la invitación.   Alguien que, con esos mismos insumos, puede hacer un afiche más agradable a la vista.

 

Y es que a menudo confundimos la virtud de reconocer los problemas con la capacidad de solventarlos. Olvidamos el viejo adagio de "zapatero a tu zapato" y nos dejamos llevar por el "sentido común".   Entonces opinamos de todo, que es fácilmente comprensible y parte de la libertad, pero pretendemos que eso signifique que nuestra sentencia es la correcta, la que contiene la solución. Nos encanta meter en nuestro discurso la frase "lo que hay que hacer es..."

 

Por ello, ante las críticas a los sucesos políticos de las últimas semanas, relacionadas con el nuevo CNE y las elecciones de alcaldes y gobernadores, a más de uno le ha dado por generar como respuesta el emplazamiento: y tú qué propones.   Es una reacción muy arrogante mediante la cual defiendo mi creencia a partir de tu carencia de ofertas.  

 

Pues bien, así como el volante necesita un diseñador y yo estoy en la libertad de decir que es espantoso, la política necesita de políticos que hagan su trabajo y propongan las salidas factibles y señalen el camino, y no que millones de venezolanos propongan las soluciones sin tener el conocimiento y las herramientas necesarias.  Yo no soy miembro de ningún movimiento político que busca guiar a los votantes, sino un ciudadano que tiene el derecho de expresar su criterio sobre lo que ocurre en el país.  ¿Soluciones? No las tengo.

 

Por lo anterior también estoy en el derecho de exigir a los políticos que no le mientan a la gente, que le digan francamente que se puede lograr y cuál es el camino para que las acciones ayuden a restituir la democracia. También sería necesario que respetaran la Constitución, y no siguieran el ejemplo de aquellos a quienes combaten entre otras cosas por violarla.  Y si pudieran esforzarse un poco más, piensen en la gente y no en sus egos, siéntense para acordar una estrategia única y sensata.  Es lamentable ver a miembros de un mismo partido político ubicados en dos de las tres fracciones de la oposición actual de Venezuela, tratando de darle lecciones a la ciudadanía.

 

Propongo eso y nada más.

lunes, 17 de mayo de 2021

Igual que ahora

Tan pronto como envié mi artículo "Un primer paso", donde expresaba mi opinión sobre el CNE designado por la Asamblea Nacional, una persona manifestaba su expectativa:  espero que además de las elecciones a alcaldes y gobernadores, organicen la elección presidencial para salir de Maduro.

El artículo lo compartí con diversos grupos de whatsapp, cada uno con sus particularidades de composición: familia, amigos (que a su vez forman subconjuntos), colegas, organizaciones, etc.  Me abstuve de enviar a los vecinos, porque los chats de los vecinos son para otra cosa, aunque pocos lo saben.

Sin embargo, el comentario lo realizó una persona que trabaja en una organización social, que evidentemente tiene la posibilidad de tener acceso a información y análisis, y ello la diferencia de un "ciudadano común". Algunos pensamos que la expectativa de esa persona la llevará a una frustración, porque la oferta con el nuevo CNE es hacer unas elecciones limpias, transparentes, con observación internacional para concejales, alcaldes, consejos legislativos y gobernadores, como (de nuevo) primer paso para la restitución de la democracia, según dicen los políticos y analistas.  No hay elecciones presidenciales o revocatorio en puerta.

Así, yo entiendo que los problemas económicos, sociales y ambientales que realmente afectan a los venezolanos como el hambre, la carencia de un sistema de salud, vacunación, hiperinflación, acceso al agua, etc., quedan en segundo plano, y seguirán presentes, a saber, al menos por 4 años más.

Ahora, me pregunto si el ciudadano común está consciente de ello, y si acaso los candidatos a gobernadores y alcaldes de la oposición serán lo suficientemente francos para decir: señora, yo de economía y hambre no se nada; yo estoy dando un paso para restituir la democracia, así que vote por mí y aguante.  De la primera pregunta ignoro la respuesta pero de la segunda no tengo duda de que no lo harán, ya que sería un acto contra natura.  Y se empeñaran en su discurso en hablar del desastre del gobierno nacional en su campaña y ofrecerán soluciones que no están en sus manos. En las misma frase dirán votación y fin del hambre, votación y restitución del agua, votación y vacunas, pero 100 alcaldías y 15 gobernaciones en manos de la oposición no serán ni siquiera pañitos tibios para el 90% de los venezolanos que viven todos los días con limitaciones.

Los "analistas de opinión pública" le han dicho muchas veces a los políticos de oposición que tienen que conectarse con los problemas del ciudadano.  Aunque sé que dichos analistas suelen decir una cosa y luego contradecirse para siempre quedar bien, en eso han tenido razón: elegir representantes de alcaldías y gobernaciones no está para nada conectado con nuestras necesidades.  Eso no es difícil de entender, o acaso me equivoco.

Por ese camino, sí es alta la abstención culparán al ciudadano, y sí hay una participación "tolerable" dirán que se está restituyendo la democracia; que bueno es el CNE. Al día siguiente habrá alcaldes y gobernadores, pero no vacunas, ni comida, y el sueldo mínimo seguirá siendo menor a 3 dólares, no habrá respuesta a los problemas reales del ciudadano. Y para muchos tampoco habrá esperanzas, igual que ahora.


Alejandro Luy

17 de mayo de 2017


jueves, 6 de mayo de 2021

Un primer paso. Alejandro Luy

 


La sociedad venezolana ha pasado a normalizar algo que a todas luces se perfila como terrible: la aceptación de que la Constitución puede violarse bajo el argumento de que "el fin, justifica los medios".

Y no se trata de la violación recurrente por parte de quienes impulsaron esta Constitución y que llevan 22 años en el gobierno, lo cual ha significado una agotadora defensa por parte de la sociedad, o de las transgresión por parte de algunos partidos políticos de oposición, que antepusieron los beneficios personales de sus dirigentes a costa del colectivo.  En estos días, luego de la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) actores de la sociedad han hecho público, sin decirlo, el reconocimiento de que para dar "un primer paso" hacia el futuro, tenemos que violar la Constitución, o al menos apalancarnos en la violación que han hecho otros, para avanzar.

El proceso y la elección de la Asamblea Nacional del 6 de diciembre de 2020, fue rechazada por un amplio sector de la oposición venezolana debido a un número importante de violaciones a lo establecido en la Constitución y las leyes, lo que condujo posteriormente a que la Unión Europea, EEUU, Canadá o el Reino Unido, entre muchas otras naciones, no la reconocieran y se popularizara dentro y fuera del país el calificativo de "ilegítima" para referirse a ella.

A pesar de ello, muchos son los partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, analistas, politólogos, periodistas-analistas-politólogos-influencers, que miran a un lado, obvian lo ilegítimo de la Asamblea y aceptan la designación de un nuevo CNE por ese ente.  Todos se han referido a "un primer paso" para devolver el valor del voto.  Incluso expresan abiertamente que el CNE "está conformado por 3 representantes del gobierno y 2 de la oposición" como si eso fuera un mérito y no otra muestra mas de la violación a la Constitución que en su artículo 296 expresa:  El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos.

Entonces, ya no es solo de "tragarse algunos sapos" para avanzar en una transición sino que estamos en el camino de que todos los venezolanos aceptemos que si bien la Constitución nos guía, no es para tomárselo tan a pecho.  Si hoy nos conviene,  ajustamos la interpretación en nombre de un futuro mejor.  Siguiendo esa línea de pensamiento, podríamos proponer a un extraordinario ambientalista al Ministerio de Minería Ecológica, para normalizar lo que ocurre alrededor del Arco Minero del Orinoco, ya que necesitamos dinero para salir adelante, para las cajas CLAP, los bonos de la patria y la misión vivienda; o a un buen economista de la oposición a presidir el Banco Central de Venezuela, para dar "un primer paso" para levantar las sanciones de EEUU, y hasta lograr tener billetes de dólar de baja denominación enviados por la Reserva Federal. 

Por lo que he visto y leído, mi opinión no es la más popular en estos días.  Coincide con partidos políticos y personas con cuyas ideas he estado completamente en desacuerdo por muchos años, y al mismo tiempo son contrarias a la de amigos y conocidos con quienes siempre es agradable tomarse un café, algunos de ellos participantes activos en la designación del nuevo CNE.  Pero como dijera el filósofo español José Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo".

En los años 90 se hizo famosa una novela brasileña cuyo título expresaba muy bien su contenido: Vale todo.  Cuando la mayoría señala que la elección del nuevo CNE es "un primer paso", no se porque yo interpreto que no importan las leyes y los principios, simplemente, vale todo.


Alejandro Luy
06 de mayo de 2021