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sábado, 28 de agosto de 2021

Noticiero de noticias (28 ago 2021)

 Economía

Nos dice @soyarepita

$68.000 y 8.000 euros robaron 12 sujetos en motos que asaltaron un camión blindado del banco BOD en la Cota Mil (Caracas): se identificaron como agentes de la PNB.

Para los dueños del dinero este asalto ha resultado, evidentemente, una noticia muy negativa, pero para algunos economistas, influencers, opinadores de twitter y nuestro equipo, todo es alegría.

Dicen ellos que robar ese dineral solo es posible en un país donde hay dinero en moneda dura, demuestra que vale el esfuerzo de robarlo.  En otras palabras, el dinero ha vuelto a tener valor.

Un economista no chavista, que ya ha empezado a señalar a las sanciones como responsables de nuestros males en la economía, ha afirmado que “si no existieran las sanciones, habríamos llegado a esto mucho más rápido”.   ¡Levanten las sanciones!, sentenció.

Para los, las, les, coach ontológico, que es como un influencer pero con menos seguidores, este momento podría definirse como una condición positiva en la vida, que se debe aprovechar.

Por otra parte, la experiencia puede motivar a los policías a superarse, y dejar de matraquear en las alcabalas citadinas por unos cuantos dólares y elevar sus metas. 

 

Salud

Cuidado con las adicciones

Una de las consecuencias terribles de la pandemia, ha sido el incremento de las adicciones, especialmente la de los policías y guardias (y los porteros, y los vigilantes, y los….) por los dólares.  Se ha demostrado que este tipo de patologías son malas, porque – entre otras cosas – hace que un viaje de 12 horas desde San Cristobal, tarde 24.

Mosca, estos adictos con muy peligrosos.

 

Política

A la hora del cierre de esta edición nos llegan rumores de que el motivo por el que la oposición del llamado G4 no han decidido si van a inscribir candidatos para las elecciones regionales del 21 de noviembre, es porque no se habían enterado.  Dicen que no tienen cuenta de twitter.

 

La foto


En el mercadito, los tomates, pimentones y zanahorias protestaban porque el camión donde venían tienen que bajarse de la mula an cada alcabala desde los andes hasta el centro del país.  Antes ellos se iban en las bolsas, ahora son dólares (de 10 en adelante).  Luego todo sale más caro en el mercadito de los gochos.  Otra consecuencia de las adicciones.

viernes, 13 de agosto de 2021

Ojalá no nos amenace un meteorito. Alejandro Luy

 



Abundan las películas en las que el planeta se ve amenazado por hechos sin precedentes que anuncian la destrucción de la raza humana.  Van desde la invasión de alienígenas que sin motivo aparente desean apoderarse de nuestro lugar de vida hasta meteoritos que están en dirección de colisión con el planeta.  Otras producciones nos cuentan que, a causa de un extraño virus, los humanos se convierten en zombies que solo se sacian alimentándose de la carne y sangre de humanos sanos.

En todas esas películas las vicisitudes son superadas y los terrícolas se salvan gracias a la acción unos líderes valientes e inteligentes quienes unen sus fuerzas para luchar contra la adversidad, y logran que países y seres enfrentados descubran el valor del trabajo equipo por la defensa del bien común.  Que bello.  Fin.

Sin embargo, cuando comparamos los argumentos de esas películas con la realidad del mundo actual retorno al significado de lo que llaman “ciencia ficción”: es una fantasía creer que los humanos nos vamos a unir para salvar el planeta.  Un ejemplo de ello es la conducta ante la pandemia del COVID-19.

En diciembre de 2019 se “descubre” un virus en China que causa una extraña neumonía y las autoridades de ese país persiguen al médico que hace la alerta, lo llevan a una estación de policía y le obligan a una disculpa pública.  Lamentablemente luego moriría de COVID-19.  De esas mismas autoridades aún se espera mayor transparencia y colaboración para determinar el origen de la enfermedad, pero aparentemente todo quedará en simples deseos.

Durante el año y siete meses de la pandemia hemos visto como su manejo ha estado más cercano a un control policial y de restricción de derechos humanos, que sanitario y empático con una poblacional que vio su vida trastocada y amenazada, testigo de la muerte a distancia de sus familiares, gente que perdió el trabajo o sus negocios. 

Hubo – y sigue habiendo – “países negacionistas”, cuyos líderes tardaron en reconocer o minimizaron la enfermedad, expusieron a la población a los efectos del virus y su mal accionar contribuyó con el incremento del número de muertos.  Jefes de estado y gobierno que recomendaron medicamentos cuya efectividad ante el SARS-CoV-2 no estaba comprobada, y luego menospreciaron la importancia de las vacunas.  Muchas naciones realizaron campañas políticas y procesos electorales mientras los hospitales estaban colapsados, pero mantenían los parques al aire libre o las escuelas cerradas, demostrando que una pandemia no cambia las prioridades.

Muy frecuente ha sido la falta de coordinación entre regiones de un mismo país, entre países de un mismo continente, y de todas las naciones entre sí, lo cual deja en evidencia el errado pensamiento de ghetto en el manejo de un problema mundial, estrategia lejana al deber ser frente a una pandemia.

Imposible no mencionar la situación de las vacunas donde las culpas se comparten.  Lamentable conocer como diversos gobiernos convirtieron la entrega de vacunas en un bozal político o sesgarla a afinidades ideológicas o económicas, y que la distribución de este factor indispensable para controlar la pandemia ha estado marcada por una gran desigualdad.  Por eso ahora, en los países del primer mundo más del 50% de los ciudadanos han recibido las dosis completas, mientras que en América Latina y África menos del 10% de la población global han sido vacunados.

En esta desacertada actuación ante la pandemia de COVID-19 merece una mención especial la acción de muchos ciudadanos que – con intención o sin ella – han jugado del lado de la anarquía, la desinformación y la falta de solidaridad.  Ciudadanos que han negado a la ciencia y que no miden las consecuencias de sus acciones.  Ciudadanos que, pudiendo hacerlo, se niegan a vacunarse, sin querer comprender que es vital para el planeta esa acción tan personal.

Ya van 19 meses de pandemia, en muchos países ya hablan de una quinta ola de contagios, surgen nuevas variantes, muchas empresas fabricantes de vacunas no han cumplido con sus compromisos, la opacidad sigue siendo un factor de amplia presencia y parece que el mundo decidió seguir como si nada pasara.

Por eso espero que el planeta no se vea amenazado por el choque de un meteorito o un virus zombie que convierta a todos los habitantes en armas de destrucción, porque analizando la experiencia de la pandemia del COVID-19, me temo que al final todos vamos a morir. 

Pensar que muchos creían que de esta pandemia íbamos a salir siendo mejores personas. 

 

Alejandro Luy

Biólogo con Maestría en Gerencia Ambiental

@alejandroluy (twitter e IG)

13 de ago. de 2021


Foto Getty Image

viernes, 18 de junio de 2021

Burocracia

 


I

Aunque la palabra tiene varios significados de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la lengua, es inevitable pensar en uno de ellos de manera predominante:

4. f. Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.

Pero si queremos plasmar en imágenes a la burocracia, nada mejor que la mascota de Mafalda, el personaje creado por Quino:  una tortuga.

La expectativa que tiene el ciudadano ante las autoridades, especialmente las “nuevas autoridades”, aquellas que vienen a hacer las cosas distintas, a recobrar la confianza, es que combatan a la burocracia, ya sea simplificando los protocolos, modificando las leyes o reglamentos o simplemente trabajando con las rendijas que los mismos dejan, sin violarlos, para que dejen de ser obstáculos a los fines que se persiguen.  Se suponen que conocen los problemas a los cuales se enfrentan y vienen con propuestas para solventarlos.

 

II

El rector del CNE Roberto Picón, habilitó un correo de “reclamos y solicitudes” (ReclamosySolicitudesJNE@gmail.com) para que los ciudadanos contribuyéramos a solventar los problemas del Registro Nacional Electoral, cuya actualización es menester de la Junta Nacional Electoral. 

Valorando la iniciativa e interesado en el asunto, les escribí:

Estimados Señores

Mi madre Libia Margarita González de Luy, CI xxxxxx, falleció el 31 de enero de 2012 aún aparece como apta para votar en el registro del CNE.

Espero que corrijan esa situación, que no debería estar ocurriendo y que las autoridades y el CNE hasta ahora no han hecho nada por solventar.

Enviado el “reclamo y la solicitud”.

12 días más tarde, recibí la respuesta:

 

Respetuosos saludos;

Por medio de la presente me dirijo a Usted, a los fines de dar respuesta a su solicitud, lo cual, hago con el debido respeto en los siguientes términos:

El artículo 34 Ley Orgánica de Procesos Electorales dispone que el proceso de depuración del Registro Electoral lo realizará la Comisión de Registro Civil y Electoral mediante oficio o por conocimiento de una denuncia. Una vez constatados los hechos, procederá a excluir, revertir o suspender según corresponda:

1.    Los ciudadanos fallecidos y ciudadanas fallecidas (…).

En virtud de lo antes expuesto, se sugiere cumplir con la norma citada, anexando como elemento probatorio la respectiva acta de defunción. Dicho trámite deberá realizarse por ante la Oficina Regional Electoral del lugar donde se emitió el acta en cuestión.   

Sin más a que hacer referencia se suscribe, de Usted

RECTORÍA RPH JNE

 

III

Confieso que yo esperaba, deseaba, otra cosa.  Podía ser una respuesta de ese tipo, que es estructuralmente formal y legal, pero acompañada de un gesto del nuevo CNE, que mostrara un interés para cambiar las cosas. 

Un, por ejemplo, “en qué Municipio se elaboró la carta de defunción para pedir la información”, o “podría enviarnos escaneada el acta de defunción” aunque lo máximo habría sido, “estamos solicitando a las autoridades responsables, una actualización de los ciudadanos fallecidos para desincorporarlos del registro electoral”.  No estarían violando la ley, pero si estarían centrados en una labor prioritaria para evitar que los muertos sigan votando.

La respuesta: burocracia, que libera al CNE y pone el trabajo y la responsabilidad en el ciudadano.  Se que más de uno está pensando:  si tanto te importa, por qué no cumples tú con la ley.

A otros familiares y conocidos fallecidos, los han desincorporados sin que nadie haya tenido que atender a lo establecido en el “artículo 34 Ley Orgánica de Procesos Electorales”.  El CNE lo hizo con la información que manejan otros entes del estado, como pasa en el Seguro Social cuando fallece un pensionado.  Mi padre muerto en 2015, la Sra. F en 2016 y la Sra C., fallecida en 2017, no aparecen en el registro, sin que ninguno de sus familiares tuviéramos que apelar a la recomendación burocrática.  Por qué ha de ser diferente en caso de mi madre.

Además, para estos tiempos, pienso en los millones de venezolanos que hoy les toca patear el planeta y tendrán familiares que seguirán en el registro simplemente porque no tienen la posibilidad de acudir con el acta de defunción “por ante la Oficina Regional Electoral del lugar donde se emitió el acta en cuestión”.  Argentina, Chile, España o el río Grande quedan un poco lejos.

Lejos, todo parece quedar muy lejos.


Alejandro Luy


lunes, 24 de mayo de 2021

Y tú qué propones

Hace unos días recibí por whatsapp una invitación a un foro-chat que a primera vista destaca no por los ponentes o el tema sino por la calidad del afiche.   Era una mezcla de un par de malas fotos de quienes harían las presentaciones, con textos que indican su profesión, cargo en la organización que representan, títulos de las ponencias, y por supuesto el nombre del evento, fecha y hora.   Todo ello bañado de varios colores, y letras de distintos tamaños y tipos.   

 

El afiche era un desastre.

 

Si alguien preguntara cómo mejorarlo, seguramente empezaría por mencionar algunos elementos básicos obvios, pero lo más sensato sería contestándole que yo no soy diseñador, así que lo mejor que pueden hacer es contratar a alguien con conocimiento para rehacer la invitación.   Alguien que, con esos mismos insumos, puede hacer un afiche más agradable a la vista.

 

Y es que a menudo confundimos la virtud de reconocer los problemas con la capacidad de solventarlos. Olvidamos el viejo adagio de "zapatero a tu zapato" y nos dejamos llevar por el "sentido común".   Entonces opinamos de todo, que es fácilmente comprensible y parte de la libertad, pero pretendemos que eso signifique que nuestra sentencia es la correcta, la que contiene la solución. Nos encanta meter en nuestro discurso la frase "lo que hay que hacer es..."

 

Por ello, ante las críticas a los sucesos políticos de las últimas semanas, relacionadas con el nuevo CNE y las elecciones de alcaldes y gobernadores, a más de uno le ha dado por generar como respuesta el emplazamiento: y tú qué propones.   Es una reacción muy arrogante mediante la cual defiendo mi creencia a partir de tu carencia de ofertas.  

 

Pues bien, así como el volante necesita un diseñador y yo estoy en la libertad de decir que es espantoso, la política necesita de políticos que hagan su trabajo y propongan las salidas factibles y señalen el camino, y no que millones de venezolanos propongan las soluciones sin tener el conocimiento y las herramientas necesarias.  Yo no soy miembro de ningún movimiento político que busca guiar a los votantes, sino un ciudadano que tiene el derecho de expresar su criterio sobre lo que ocurre en el país.  ¿Soluciones? No las tengo.

 

Por lo anterior también estoy en el derecho de exigir a los políticos que no le mientan a la gente, que le digan francamente que se puede lograr y cuál es el camino para que las acciones ayuden a restituir la democracia. También sería necesario que respetaran la Constitución, y no siguieran el ejemplo de aquellos a quienes combaten entre otras cosas por violarla.  Y si pudieran esforzarse un poco más, piensen en la gente y no en sus egos, siéntense para acordar una estrategia única y sensata.  Es lamentable ver a miembros de un mismo partido político ubicados en dos de las tres fracciones de la oposición actual de Venezuela, tratando de darle lecciones a la ciudadanía.

 

Propongo eso y nada más.

lunes, 17 de mayo de 2021

Igual que ahora

Tan pronto como envié mi artículo "Un primer paso", donde expresaba mi opinión sobre el CNE designado por la Asamblea Nacional, una persona manifestaba su expectativa:  espero que además de las elecciones a alcaldes y gobernadores, organicen la elección presidencial para salir de Maduro.

El artículo lo compartí con diversos grupos de whatsapp, cada uno con sus particularidades de composición: familia, amigos (que a su vez forman subconjuntos), colegas, organizaciones, etc.  Me abstuve de enviar a los vecinos, porque los chats de los vecinos son para otra cosa, aunque pocos lo saben.

Sin embargo, el comentario lo realizó una persona que trabaja en una organización social, que evidentemente tiene la posibilidad de tener acceso a información y análisis, y ello la diferencia de un "ciudadano común". Algunos pensamos que la expectativa de esa persona la llevará a una frustración, porque la oferta con el nuevo CNE es hacer unas elecciones limpias, transparentes, con observación internacional para concejales, alcaldes, consejos legislativos y gobernadores, como (de nuevo) primer paso para la restitución de la democracia, según dicen los políticos y analistas.  No hay elecciones presidenciales o revocatorio en puerta.

Así, yo entiendo que los problemas económicos, sociales y ambientales que realmente afectan a los venezolanos como el hambre, la carencia de un sistema de salud, vacunación, hiperinflación, acceso al agua, etc., quedan en segundo plano, y seguirán presentes, a saber, al menos por 4 años más.

Ahora, me pregunto si el ciudadano común está consciente de ello, y si acaso los candidatos a gobernadores y alcaldes de la oposición serán lo suficientemente francos para decir: señora, yo de economía y hambre no se nada; yo estoy dando un paso para restituir la democracia, así que vote por mí y aguante.  De la primera pregunta ignoro la respuesta pero de la segunda no tengo duda de que no lo harán, ya que sería un acto contra natura.  Y se empeñaran en su discurso en hablar del desastre del gobierno nacional en su campaña y ofrecerán soluciones que no están en sus manos. En las misma frase dirán votación y fin del hambre, votación y restitución del agua, votación y vacunas, pero 100 alcaldías y 15 gobernaciones en manos de la oposición no serán ni siquiera pañitos tibios para el 90% de los venezolanos que viven todos los días con limitaciones.

Los "analistas de opinión pública" le han dicho muchas veces a los políticos de oposición que tienen que conectarse con los problemas del ciudadano.  Aunque sé que dichos analistas suelen decir una cosa y luego contradecirse para siempre quedar bien, en eso han tenido razón: elegir representantes de alcaldías y gobernaciones no está para nada conectado con nuestras necesidades.  Eso no es difícil de entender, o acaso me equivoco.

Por ese camino, sí es alta la abstención culparán al ciudadano, y sí hay una participación "tolerable" dirán que se está restituyendo la democracia; que bueno es el CNE. Al día siguiente habrá alcaldes y gobernadores, pero no vacunas, ni comida, y el sueldo mínimo seguirá siendo menor a 3 dólares, no habrá respuesta a los problemas reales del ciudadano. Y para muchos tampoco habrá esperanzas, igual que ahora.


Alejandro Luy

17 de mayo de 2017


jueves, 6 de mayo de 2021

Un primer paso. Alejandro Luy

 


La sociedad venezolana ha pasado a normalizar algo que a todas luces se perfila como terrible: la aceptación de que la Constitución puede violarse bajo el argumento de que "el fin, justifica los medios".

Y no se trata de la violación recurrente por parte de quienes impulsaron esta Constitución y que llevan 22 años en el gobierno, lo cual ha significado una agotadora defensa por parte de la sociedad, o de las transgresión por parte de algunos partidos políticos de oposición, que antepusieron los beneficios personales de sus dirigentes a costa del colectivo.  En estos días, luego de la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) actores de la sociedad han hecho público, sin decirlo, el reconocimiento de que para dar "un primer paso" hacia el futuro, tenemos que violar la Constitución, o al menos apalancarnos en la violación que han hecho otros, para avanzar.

El proceso y la elección de la Asamblea Nacional del 6 de diciembre de 2020, fue rechazada por un amplio sector de la oposición venezolana debido a un número importante de violaciones a lo establecido en la Constitución y las leyes, lo que condujo posteriormente a que la Unión Europea, EEUU, Canadá o el Reino Unido, entre muchas otras naciones, no la reconocieran y se popularizara dentro y fuera del país el calificativo de "ilegítima" para referirse a ella.

A pesar de ello, muchos son los partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, analistas, politólogos, periodistas-analistas-politólogos-influencers, que miran a un lado, obvian lo ilegítimo de la Asamblea y aceptan la designación de un nuevo CNE por ese ente.  Todos se han referido a "un primer paso" para devolver el valor del voto.  Incluso expresan abiertamente que el CNE "está conformado por 3 representantes del gobierno y 2 de la oposición" como si eso fuera un mérito y no otra muestra mas de la violación a la Constitución que en su artículo 296 expresa:  El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos.

Entonces, ya no es solo de "tragarse algunos sapos" para avanzar en una transición sino que estamos en el camino de que todos los venezolanos aceptemos que si bien la Constitución nos guía, no es para tomárselo tan a pecho.  Si hoy nos conviene,  ajustamos la interpretación en nombre de un futuro mejor.  Siguiendo esa línea de pensamiento, podríamos proponer a un extraordinario ambientalista al Ministerio de Minería Ecológica, para normalizar lo que ocurre alrededor del Arco Minero del Orinoco, ya que necesitamos dinero para salir adelante, para las cajas CLAP, los bonos de la patria y la misión vivienda; o a un buen economista de la oposición a presidir el Banco Central de Venezuela, para dar "un primer paso" para levantar las sanciones de EEUU, y hasta lograr tener billetes de dólar de baja denominación enviados por la Reserva Federal. 

Por lo que he visto y leído, mi opinión no es la más popular en estos días.  Coincide con partidos políticos y personas con cuyas ideas he estado completamente en desacuerdo por muchos años, y al mismo tiempo son contrarias a la de amigos y conocidos con quienes siempre es agradable tomarse un café, algunos de ellos participantes activos en la designación del nuevo CNE.  Pero como dijera el filósofo español José Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo".

En los años 90 se hizo famosa una novela brasileña cuyo título expresaba muy bien su contenido: Vale todo.  Cuando la mayoría señala que la elección del nuevo CNE es "un primer paso", no se porque yo interpreto que no importan las leyes y los principios, simplemente, vale todo.


Alejandro Luy
06 de mayo de 2021



viernes, 14 de diciembre de 2018

Dinosaurios somos todos

A propósito de el final de la edición impresa de El Nacional, comparto un artículo que me publicaron y que me hizo acreedor del Mejor artículo de opinión 1999-2000 de la sección nuevas firmas.


LECTORES

Nuevas firmas

Dinosaurios somos todos

Alejandro Luy *

Las agencias de noticias cuentan que los mexicanos andan muy felices por estos tiempos. Dicen que con el triunfo de Vicente Fox lograron algo que parecía imposible: la extinción del PRIsaurio, voraz partido animal que a punta de sus militantes, el apoyo que da la compra de votos y otras corruptelas electorales gobernó por 71 años el país.
Quizás ese estado de alegría que -con todo derecho- hoy disfrutan los mexicanos descanse en eso que se denomina "la felicidad del ignorante". Preocupado por que este sea el motivo de la dicha de los habitantes de México, es que decidí escribirles, casi como un servicio público, para alertarlos sobre la vida de los dinosaurios.
En primer lugar, y evolutivamente hablando, algunos paleontólogos sostienen que esos animales que llamamos dinosaurios no se extinguieron, sino que evolucionaron y están presentes bajo otras formas; fenotipos más agraciados que ahora reconocemos como aves. Aquellos tiranosaurios, estegosaurios, megaterios, braquiosaurios y demás seres que han sido objeto de interés después de la película Parque Jurásico, hoy se reflejan en más de 9.200 especies con diversas formas y tamaños que oscilan entre el colibrí abeja y el avestruz.
Pero no sólo se trata de la paleontología. En la política, que en definitiva es la base de la alegría mexicana, la situación es muy parecida. Tomemos como ejemplo el caso venezolano. Las elecciones de 1988 demostraron que más de 90% de los venezolanos eran adecos o copeyanos, a decir de la proporción de votos obtenidos por sus representantes, Carlos Andrés Pérez y Eduardo Fernández. Diez años mas tarde, adecos y copeyanos sumaron escasamente 11% de la votación en las elecciones presidenciales. Ahora mismo es difícil encontrar a un representante de esos partidos. ¿Acaso se extinguieron? No. Se transformaron como los dinosaurios y ahora están con su nueva piel en el MVR, PPT, Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Alianza Bravo Pueblo, Solidaridad Independiente y en una infinidad de grupos; algunos con el gobierno y otros en la oposición.
Amigos mexicanos, no es mi intención aguarles la fiesta, pero como verán aquí nadie está extinto. Todos nos hemos transformado. Adaptamos pieles, garras y dientes a la presión de los nuevos tiempos, teniendo como principal fin sobrevivir. Lo que aparentemente no cambió mucho fueron los comportamientos ante el poder y el ciudadano. Es allí donde está lo negativo de la historia. Es eso lo que me mueve a la alerta.
Así, como un gesto hermano, les aconsejo que no se hagan ilusiones para que no mueran de desengaños. En la política, la extinción no es para siempre. Mexicanos, si miran con detenimiento el ejemplo de Venezuela encontrarán que dinosaurios somos todos.