Tan pronto como envié mi artículo "Un primer paso", donde expresaba mi opinión sobre el CNE designado por la Asamblea Nacional, una persona manifestaba su expectativa: espero que además de las elecciones a alcaldes y gobernadores, organicen la elección presidencial para salir de Maduro.
El artículo lo compartí con diversos grupos de whatsapp, cada uno con sus particularidades de composición: familia, amigos (que a su vez forman subconjuntos), colegas, organizaciones, etc. Me abstuve de enviar a los vecinos, porque los chats de los vecinos son para otra cosa, aunque pocos lo saben.
Sin embargo, el comentario lo realizó una persona que trabaja en una organización social, que evidentemente tiene la posibilidad de tener acceso a información y análisis, y ello la diferencia de un "ciudadano común". Algunos pensamos que la expectativa de esa persona la llevará a una frustración, porque la oferta con el nuevo CNE es hacer unas elecciones limpias, transparentes, con observación internacional para concejales, alcaldes, consejos legislativos y gobernadores, como (de nuevo) primer paso para la restitución de la democracia, según dicen los políticos y analistas. No hay elecciones presidenciales o revocatorio en puerta.
Así, yo entiendo que los problemas económicos, sociales y ambientales que realmente afectan a los venezolanos como el hambre, la carencia de un sistema de salud, vacunación, hiperinflación, acceso al agua, etc., quedan en segundo plano, y seguirán presentes, a saber, al menos por 4 años más.
Ahora, me pregunto si el ciudadano común está consciente de ello, y si acaso los candidatos a gobernadores y alcaldes de la oposición serán lo suficientemente francos para decir: señora, yo de economía y hambre no se nada; yo estoy dando un paso para restituir la democracia, así que vote por mí y aguante. De la primera pregunta ignoro la respuesta pero de la segunda no tengo duda de que no lo harán, ya que sería un acto contra natura. Y se empeñaran en su discurso en hablar del desastre del gobierno nacional en su campaña y ofrecerán soluciones que no están en sus manos. En las misma frase dirán votación y fin del hambre, votación y restitución del agua, votación y vacunas, pero 100 alcaldías y 15 gobernaciones en manos de la oposición no serán ni siquiera pañitos tibios para el 90% de los venezolanos que viven todos los días con limitaciones.
Los "analistas de opinión pública" le han dicho muchas veces a los políticos de oposición que tienen que conectarse con los problemas del ciudadano. Aunque sé que dichos analistas suelen decir una cosa y luego contradecirse para siempre quedar bien, en eso han tenido razón: elegir representantes de alcaldías y gobernaciones no está para nada conectado con nuestras necesidades. Eso no es difícil de entender, o acaso me equivoco.
Por ese camino, sí es alta la abstención culparán al ciudadano, y sí hay una participación "tolerable" dirán que se está restituyendo la democracia; que bueno es el CNE. Al día siguiente habrá alcaldes y gobernadores, pero no vacunas, ni comida, y el sueldo mínimo seguirá siendo menor a 3 dólares, no habrá respuesta a los problemas reales del ciudadano. Y para muchos tampoco habrá esperanzas, igual que ahora.
Alejandro Luy
17 de mayo de 2017
Sin duda un punto se vista muy cercano a realidad que escucho decir y que leo en muchas líneas bien sea de artículos colgados en la Internet como de mensajes largos escritos por los whatsapp, como dicen en nuestra tierra AMANECERÁ Y VEREMOS, yo en lo particular espero ver salir a mi país de ese atolladero en el que se encuentra a donde una minoría tiene mucho (Dinero, Seguridad, Bienestar, Comida, Medicina y etc....) y una inmensa MAYORÍA carece de todo lo antes mencionado.
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
EliminarEstoy convencido de que nadie, de cualquier sector político y/o social, cree auténticamente que «un primer paso» , unas elecciones regionales pueden significar una manera efectiva de solucionar los problemas estructurales del país ya asendrados en lo más profundo de nuestra idiosincracia, luego de más de 20 años de deconstrucción y destrucción. Como «ciudadano común» que apenas soy, entiendo que este pugilato, que afortunadamente ya desestima por absurdo e improbable el tema «marines», es una expresión de la «esgrima política» que necesariamente debe darse para poder acordarnos en la ruta del objetivo final: hacernos de autoridades que SÍ sean capaces de promover y activar los procesos sociológicos y técnicos sectoriales que darán remedio al hambre, la miseria colectiva, la insalubridad, el dolor, el desmenbramiento social y la ignorancia generalizada y premeditada como forma de anulación del ciudadano consciente y con criterios objetivos sobre los cuales basar sus propias desiciones. ¡A sacar entonces espadas y floretes!
ResponderEliminarGracias por los comentarios. Yo nunca estuve montado en el barco de los marines.
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